El PSOE tiene datos: no pedir la dimisión de Mazón le está dando votos
- Ni una crítica política a Mazón desde el Gobierno
- Evitar la batalla política para combatir la “antipolítica”
- Centrarse en la gestión
- Doble victoria con un solo mensaje
- Defender a Ribera
El Partido Socialista maneja sondeos que disparan el apoyo a su partido en las últimas semanas tras la catástrofe de la DANA en la Comunidad Valenciana, donde el temporal ha dejado más de 200 muertos entre el pasado 28 y 29 de octubre. Un crecimiento demoscópico que no responde, únicamente, a los errores que se le achacan al Gobierno valenciano por la gestión de la crisis, sino a la orden de Moncloa de no atacar, ni polemizar, ni utilizar el desastre para pedir la dimisión del presidente popular de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón.
A pesar de que el Partido Popular sí señala a Teresa Ribera, vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica, por los errores —a juicio de los populares— que cometieron organismos de su competencia, como la Confederación Hidrográfica del Júcar o la Aemet, el Gobierno central ha detectado que entrar ahora a una batalla política resta apoyo popular, mientras que centrar sus mensajes en las ayudas a los afectados y el anuncio de medidas para la reconstrucción, dispara la intención de voto.
Unos datos que concuerdan con el último CIS de Tezanos, que ha elevado en cinco puntos la distancia del PSOE sobre el PP; aunque no por una gran subida de los socialistas, sino por la caída de los populares, que en un principio optaron por moderar las críticas al Gobierno para proteger a Mazón. El segundo efecto que también detectan en Ferraz es el siguiente: la estrategia de Génova de atacar políticamente a Ribera no está sentando bien en el electorado.
Ni una crítica política a Mazón desde el Gobierno
Desde que la gota fría desbordó el barranco del Poyo, inundando decenas de pueblos construidos a los pies de su cauce, el Ejecutivo ha trazado una estrategia de comunicación muy clara: no atacar al president ni a sus consejeros. Ni siquiera a la responsable de Emergencia de la Generalitat. Un modus operandi que se mantiene hasta hoy y que alargarán mientras dure la reconstrucción de las localidades más afectadas.
Este mismo martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el Gobierno ha evitado calificar incluso el cese de la consejera de Industria anunciado por Mazón. “No valoramos las decisiones internas de los gobiernos autonómicos”, ha asegurado la portavoz, Pilar Alegría. Una actitud que evita constantemente el choque y el reproche político con la Generalitat y que no solo se produce ante las cámaras, sino también en privado. Fuera de micro, ni los ministros ni los responsables de comunicación de Moncloa han criticado la gestión del presidente valenciano, y se han limitado a subrayar que parece que es “en sus propias filas” donde no está convenciendo.
Evitar la batalla política para combatir la “antipolítica”
En Moncloa tienen bien medido que la crítica y los reproches políticos están aumentando la desafección de los ciudadanos hacia la política. Esta tendencia preocupa especialmente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha ordenado dirigir toda la estrategia comunicativa a frenar lo que denomina como “el discurso de la antipolítica”.
Un movimiento contra todos los políticos y las instituciones, organizado, según consideran en el Ejecutivo, por quienes difunden bulos para causar el caos aprovechándose de la catástrofe.
Centrarse en la gestión
Desde el Ejecutivo se resalta, precisamente, que entrar a una batalla política por quién tiene las culpas alimenta el crecimiento de estos discursos. De ahí que el eje de acción se centre en anunciar y promocionar los dos paquetes de ayudas que, hasta la fecha, ha aprobado el Gobierno en Consejo de Ministros.
“Nosotros estamos a lo que estamos”, reiteró Sánchez en su última comparecencia tras impulsar el último decreto para paliar la crisis de la DANA. Una respuesta que repitió cuando fue preguntado por la gestión de Mazón. "Ya habrá tiempo para eso", añadió. El Gobierno no se moverá ni un ápice del lenguaje institucional y mantendrá todo el foco en las ayudas a los afectados.
Doble victoria con un solo mensaje
Esta línea comunicativa, diseñada desde Moncloa, permite al Gobierno dos victorias con un solo movimiento: ganar apoyo popular en la Comunidad Valenciana —la joya de la corona de todas las autonomías que ganó el PP en 2023— y en el resto del país, trasladando una imagen institucional alejada del partidismo, y no dar pábulo a los discursos que han detectado en redes sociales que tratan de desprestigiar a la clase política.
Defender a Ribera
El Gobierno sí tiene claro que defenderá a Ribera. La estrategia de no atacar al PP se limita a no exigir dimisiones, ni echar culpas a la Generalitat, pero no priva a los ministros ni al presidente de ensalzar la labor de la vicepresidenta cuarta, tanto durante la crisis de la DANA como desde que accedió al Ministerio de Transición Ecológica.
Sin embargo, la principal defensa de la ministra, candidata a ser la mano derecha de Úrsula Von der Leyen en la Comisión Europea, se está realizando entre bambalinas. Las conversaciones entre Sánchez y la presidenta de la CE es constante desde hace días y el presidente buscará acercar posturas en la cumbre del G-20 que se celebra estos días en Brasil.