Comprarse un equipo para sucumbir 15 veces ante el Barça
Real Madrid, 0-Barça, 4. Otra exhibición de Patri y Alexia pero Joan Laporta se lo perdió. No estuvo en Valdebebas, dándose el gustazo, porque estaba haciendo su particular ruta de la seda (Mongolia-Azerbaiyán) con el núcleo duro de directivos -Xavi Puig, Joan Soler- y su inseparable Alejandro Echevarría, el metomentodo que no es nada en el Barça actual pero que lo es todo. “¿Ganas de volver a veros?”. Muchas. Pero más que a los merengues, tenía ganas de ver a Adnan Ahmadzada, el empresario que los culés conocimos en una foto en Rosario, cuando se presentó al cumpleaños de Messi con una carísima alfombra azerbaiyana. Quizá ya habrá ocasión de levantar alfombras de este viaje relámpago en el avión privado del magnate. El sábado, en el palco del estadio Alfredo di Stéfano, tampoco estaba Florentino Pérez. Después de tantas ocasiones que le habían contado que las distancias entre su Madrid y el Barça, en el fútbol femenino, se habían acortado, en esta ocasión el presidente blanco ya no picó. Estaba harto de poner cara de póker en Valdebebas viendo, una vez tras otra, como el Barça de Lluís Cortés o de Giráldez les pasaba la mano por la cara. Con Pere Romeu, las jugadoras siguieron atropellando a las merengues, desde el minuto 3. Florentino, en lugar de empezar las cosas por los cimientos como suele hacer cualquier constructor, se compró el Club Deportivo Tacon para obtener ya, directamente, una plaza en la máxima categoría. Desde ese 1 de julio de 2020, el equipo ha mejorado. Cierto. En España ganan casi todos los encuentros, ya disputan la Champions… Pero cuando se enfrentan al Barça, el palo es tremendo. 15 partidos, 15 derrotas blancas. El señor Pérez ya no va, para no pasar un mal rato. El dinero no puede con todo.