Locura en Málaga por Rafa Nadal y muchas incógnitas en el aire por su último partido en la Copa Davis
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Rafa Nadal ya está en Málaga. Y como era de esperar, se ha desatado la locura por verlo. Los alrededores del Palacio de Deportes Martín Carpena, donde se celebra la Copa Davis, llevan días listos para recibirlo . Engalanados con pancartas, carteles en las farolas y la estación de metro pintada en su honor, hasta se ha colocado justo enfrente una gran pancarta de más de 2.600 metros cuadrados con las grandes letras blancas sobre un fondo azul. «Gracias, Rafa», puede leerse, junto a una silueta de casi 15 metros de altura del mejor tenista español de todos los tiempos. Y es que desde que el 10 de octubre Nadal subió ese vídeo a las redes sociales en el que anunciaba que se retiraría del tenis profesional, la ciudad se ha volcado para darle una despedida por todo lo alto. De hecho, basta con pasear por las calles de la capital de la Costa del Sol y hablar con algunos de sus vecinos para comprobar que muchos no quieren ni pensar en que queden tan solo unos días para ver a Nadal en su último torneo . Casi todos confían, al menos, en el que el de Manacor llegue a la final y que su último juego se demore lo más posible. Rafa Nadal llegó este jueves por la tarde a Málaga para empezar a preparar desde hoy viernes con el equipo español las finales de la Copa Davis, que se disputarán en esta ciudad andaluza del 19 al 24 de noviembre. Acompañado de su entrenador, Carlos Moyá, ataviado con una gorra negra y una camiseta blanca con un lema en mayúsculas, el icónico « VAMOS », su grito de guerra en cada partido, Nadal aterrizó en la terminal de vuelos privados del aeropuerto Pablo Ruiz Picasso de Málaga sobre las 18.30 horas. Como ha informado EFE, allí le esperaba el extenista Feliciano López, director del torneo, con quien se dirigió en una furgoneta directamente al hotel de concentración de los jugadores de la Copa Davis, el Higueron Resort de la localidad costera de Fuengirola, a veinte minutos en coche del Palacio de Deportes José María Martín Carpena, sede de la Copa Davis. Una decena de aficionados le esperaban a su llegada, a los que Nadal atendió firmando autógrafos y haciéndose fotos. Con una sonrisa tímida respondió al vuelo las preguntas de los medios de comunicación presentes: «¡Claro! Estoy preparado, si no no estaría aquí», contestó el tenista mallorquín. Este viernes a primera hora de la mañana está previsto que el tenista de Manacor pruebe la pista central del Martín Carpena en el primer entrenamiento del equipo español, que todavía no contará con la presencia de Carlos Alcaraz por estar en Turín (Italia) jugando las Finales ATP. Aún es una incógnita cuál será el rol de Rafa Nadal en su última competición como profesional, una decisión que deberá confirmar el capitán de la Armada, David Ferrer, pero sí es seguro que la Copa Davis acogerá un homenaje a la altura de su legado como tenista ganador de veintidós Grand Slams. España abrirá la competición el próximo martes contra Países Bajos en el primero de los cuatro duelos de cuartos de final (17.00 horas), con todas las entradas agotadas desde hace semanas y con la reventa a precios desorbitados por la expectación que genera el tenista manacorí. Cabe recordar que Nadal disputó su último torneo oficial en los Juegos Olímpicos de Paris 2024, donde fue eliminado por Novak Djokovic en su segundo partido y tampoco pudo llegar lejos en el dobles con Alcaraz. Después, hace un mes, el balear participó en el 'Six Kings Slam' en Arabia Saudí, donde perdió contra el murciano y el de Belgrado. La expectación por ver a Rafa Nadal ha sido tal, que hay personas que han pagado por su entrada hasta 100.000 euros . A día de hoy, en plataformas de reventa de entradas como 'Viagogo' es posible encontrar una para los cuartos de final entre Holanda y España por 4.760 €. Pero ante esta locura de precios, la organización de la Copa Davis se ha visto obligada a actuar. Así, en un mensaje publicado en la red social X y en un comunicado en la web, recuerdan que la reventa no autorizada de entradas es ilegal en España, por lo que no se hacen responsables de la validez de las que no hayan sido adquiridas directamente en los puntos de venta oficiales.