Milei refuerza su "diplomacia personalista: Trump, G20 y foto con China
El presidente Javier Milei profundizará en la semana que comienza su estrategia de lo que muchos llaman "diplomacia personalista" otorgándole una fuerte impronta personal a la política exterior y tendiendo una nutrida agenda de viajes y visitas tendientes a dar con un objetivo claro: posicionar a la Argentina como líder de la centroderecha latinoamericana, tras el triunfo de Donald Trump.
Este enfoque personal de la diplomacia lo lleva a Milei a reforzar los lazos con Estados Unidos, Israel y establecer la agenda de su gobierno en todos los foros internacionales posibles.
Milei viajará el 14 y 15 a Estados Unidos para buscar la esperada foto con el presidente electo Donald Trump y sacar provecho de su amistad por la que apostó fuerte en las recientes elecciones norteamericanas.
El presidente estará en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), organizada por la Unión Conservadora Estadounidense (ACU) que se desarrollará cerca de la residencia de Trump en Mar-a-Lago Club, la lujosa mansión de 10.000 metros cuadrados ubicada en West Palm Beach. Milei viajará con su hermana Karina, el canciller y hasta hace poco embajador en Washington, Gerardo Werthein y el todoterreno Santiago Caputo.
En la Casa Rosada aseguran que Milei buscará posicionarse con esta foto como el líder sudamericano de indiscutida llegada directa a Trump. En la intimidad del Gobierno aseguran que esa cercanía le permitirá a Milei buscar apoyo de Trump en las negociaciones por fondos frescos con el FMI y en lograr quebrar las barreras de productos argentinos en el mercado norteamericano.
Pero en la diplomacia saben que el presidente electo tiene muchas otras prioridades en su lista cuando regrese a la Casa Blanca y que el ferviente proteccionismo de los republicanos puede ser una traba infranqueable por más amistad que haya entre los presidentes.
Un día después de ese viaje a Estados Unidos, Milei regresará a Buenos Aires para recibir a Emanuel Macron, el presidente de Francia con quien quiere cerrar de una vez los detalles de lo que muchos aseguran que será el esperado acuerdo de libre comercio que en diciembre se cerraría entre la Unión Europea y el Mercosur.
En la agenda de Francia y Argentina también figura la propuesta del RIGI de Milei para atraer inversores y en las sugerencias de Macron por inversiones en el área de la minería y la energía.
Para el 19 de noviembre está previsto que Milei viaje sólo por el día a Río de Janeiro para participar de la cumbre del G20. Allí habrá curiosidades varias que le esperan al presidente argentino. Por lo pronto, se espera una confrontación con Brasil en el documento final de la cumbre por la decisión de imponer la agenda verde.
Milei no quiere saber nada de la agenda 2030 y difiere de Lula da Silva en relación al combate contra la pobreza. Mientras que su vecino cree que hay que reforzar la ayuda estatal para sustentar a los vulnerables Milei llevará la receta de combate a la inflación que está dando en Argentina como receta para enfrentar la pobreza.
El sherpa argentino en el G20 Federico Pinedo está haciendo equilibrio para que no choquen los planetas y se logre un documento en el que Argentina quede satisfecha al igual que el resto. Pero la rispidez entre Milei y Lula es difícil de apaciguar. No por casualidad la diplomacia brasilera ya desistió de preparar un encuentro a solas entre Milei y Lula como en un principio se había deslizado.
En la misma cumbre del G20 habrá más excentricidades. Milei prepara un encuentro a solas breve y para la foto con su par de China Xi Jinping. Esta es una de las tareas que llevó adelante desde Beijing el embajador argentino Marcelo Suárez Salvia previo a la visita de enero que ya anunció el mismo Milei a China.
A pesar de las diatribas verbales de Milei contra "el comunismo corrupto" de China las relaciones entre ambos países no están tan mal. Acaba de cerrar una gira por Shangai y Beijing el secretario de Planeamiento Estratégico del Ministerio de Economía, Juan Pazo, donde llevó la agenda agrícola, mostró las bondades del RIGI y prometió ampliar el comercio.
También en la cumbre del G20 se contemplan señales de Milei a sus pares de Canadá, Corea del Sur y Japón. Pero en todos los casos la mirada de Milei está puesta en los próximos pasos del Estados Unidos de Trump. Nuevamente la diplomacia del personalismo prima sobre todo o como dice el exembajador Juan Pablo Lolhé, la "diplomacia autolimitada" de Milei impide sondear otros horizontes.
Al regreso de la cumbre del G20 a Milei le espera la frutilla del postre. Su encuentro con Giorgia Meloni el 20 en Buenos Aires. Ya está cerrando la agenda de ese viaje de la premier italiana el embajador Fabrizio Lucentini. Meloni y Milei tiene una afinidad ideológica impresionante desde la derecha extrema y un trato familiar que hace más fácil las relaciones bilaterales.
En la agenda de Meloni en Buenos Aires se contempla la idea de cerrar nuevos acuerdos para impulsar inversiones italianas en el país. En la mira de inversionistas italianos del área de energía está la represa El Chocón. De esto seguramente hablarán ambos jefes de Estado además de la idea de Milei de dar fuerza a una corriente de la derecha en América latina con aval de Italia. La premier italiana ayudó bastante a darle el empujón final al acuerdo Unión Europea-Mercosur que en diciembre se anunciaría en Montevideo.
La diplomacia argentina en paralelo a toda esta agenda exterior de Milei estará bajo la lupa del canciller Werthein. Ya empezaron a llegar pedido de sumario e investigación a varios diplomáticos de la era Diana Mondino y se preparan fuertes recortes en embajadas y fondos específicos del Palacio San Martín.
Después de todo, el presidente cree que la Cancillería es otro gran elefante blanco del Estado que hay que avanzar con la motosierra y que, supone, tranquilamente puede ser suplantada con la diplomacia de los personalismos.