El bonito y poco conocido pueblo de Portugal con casas de piedra y rodeado de naturaleza
Portugal tiene tres principales centros turísticos: la capital, Lisboa, la ciudad de Oporto y las increíbles playas del Algarve. Pero en el país luso puedes encontrar muchas otras maravillas alejadas de sus lugares más conocidos, y es que en el corazón de la cuna del fado hay auténticas maravillas rurales que son perfectas para hacer un inolvidable viaje de fin de semana desde España en estas semanas de otoño.
Prueba de ello son las conocidas como Aldeias de Xisto, que se traduce literalmente como ‘Aldeas de esquisto’. Estas pequeñas poblaciones situadas a apenas una hora de Coimbra se caracterizan por sus preciosas casas empedradas, que están rodeadas de la imponente naturaleza de las montañas del corazón de Portugal. Entre todas ellas destaca la preciosa localidad de Talasnal, un auténtico paraíso rural que estuvo a punto de desaparecer, pero que hoy en día es un destino turístico increíble.
Talasnal, la joya de la Serra da Lousã
De las 27 localidades que conforman las Aldeias de Xisto, doce se encuentran en la Serra da Lousã, aunque la que destaca por encima de todas gracias a su tamaño y su entramado callejero es Talasnal. Situada en una ladera occidental de la formación montañosa, las restauradas casas de piedra y pizarra parecen «desafiar las reglas del equilibrio», como se indica en la página de las aldeas. Se trata de un idílico remanso de paz enclavado en la naturaleza más salvaje del interior de Portugal.
El origen de esta extraordinaria aldea data de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, y aunque nunca llegó a superar los 130 vecinos, en la década de los 80 del siglo XX tan solo quedaba una pareja viviendo en estos primorosos parajes. Todo cambió cuando las pequeñas villas de la región decidieron unirse para evitar la desaparición, y de esta manera comenzó a restaurarse el precioso patrimonio arquitectónico tanto de Talasnal como del resto de poblaciones de la zona.
Las estrechas callejuelas flanqueadas por casas con fachadas de esquisto oscuro dan a la aldea un aspecto bucólico a la par que místico, y desde su calle principal te puedes adentrar en preciosos rincones sin saber con qué te vas a encontrar al girar la esquina, todo ello con el sublime entorno de la Serra da Lousã como telón de fondo. Por lo tanto, Talasnal no solo es un destino ideal para los amantes del turismo rural, sino que también es idóneo para aquellos que desean adentrarse en la naturaleza.
Tras degustar sus típicos talasnicos (dulces a base de castañas y miel), puedes recorrer algunas de las rutas de senderismo que parten de la aldea y que serpentean por enclaves que parecen sacados de una película, que además en otoño se tiñen de tonos rojizos. Desde bonitos puentes de madera en la cuenca de la Ribeira de São João hasta una exuberante vegetación entre la que se ocultan ciervos y jabalíes, el entorno natural de la aldea es un «mundo mágico» del que no te podrás olvidar jamás.
Cómo llegar a Talasnal desde España
Aunque la opción más factible para llegar a este paraíso rural es hacerlo desde Coimbra, también se puede hacer una excursión desde España. Para ello, debes coger la A-23 (Autovía Mudéjar) para después dejarla en la salida 18, en dirección Pombal/Sertã (carretera IC8) y, tras ello, tomar la N236-1 en Castanheira de Pera, como se indica en la web de las aldeas.