Una finalista con el fuego en la garganta de la juventud digital

Una novela que está muy bien escrita, una historia que está excelentemente contada, con un pulso narrativo que acompaña el destino y el periplo de una protagonista joven y de su grupo de amigas y que, como Blanca, la protagonista, tiene fuego en las venas y en la garganta, es una digna merecedora de haber sido finalista del [[LINK:TAG|||tag|||63361a0559a61a391e0a17c9|||Premio Planeta]]. Su autora, Beatriz Serrano (Madrid, 1989), que además de escritora es periodista y colabora en diversos medios de España, es quien lo ha logrado con «Fuego en la garganta», su segunda novela, que recorre el camino de una chica y, también, el de una generación que no halla su sitio en el mundo real sino en el virtual. Aunque quién sabe dónde acaba uno y comienza el otro y viceversa.

Es que para Blanca, que una mañana, cuando es una niña pequeña, primero descubre y luego su padre le anuncia que su madre se ha ido y que no volverá jamás, la vida no es algo que le resulte fácil. Vive en un pueblo de Valencia y, desde que su madre se fue, debe escuchar, y tiene que aguantar, las habladurías del pueblo, de la gente chismosa, y soportar también las bromas de sus compañeras de clase, que le dicen que su madre se fue con otro, o que era una loca perdida o una prostituta. Especialmente una compañera, Aurora, la típica envidiosa, a la que Blanca le desea la muerte y, para sorpresa, algo traumática, de Blanca, acaba muriendo. ¿Tendré poderes especiales?, se pregunta Blanca, quien a partir de entonces lo que sentirá, más que un consuelo, es un profundo temor de hacer el mal o, mejor dicho: de desear el mal a alguien y que se cumpla.

Al ritmo de internet

Pero, ¿a quién puede contarle ese secreto? Si tuviera a su madre, que aún no sabe dónde está ni por qué se fue, podría compartir con ella lo que le ocurre. Un secreto que se vuelve angustia y que pronto comenzarán a salir de la garganta y tendrán el poder del fuego, que todo lo quema y hace ceniza. Eso es lo que ocurrirá cuando conozca a su grupo de amigas en aquellos tiempos primeros de la era digital, Inma, una chica de Alicante y que, como Blanca, se ha vuelto gótica; Carla, que es la más joven del grupo pero también la más lista; y Verónica, que no da muchas señales de su vida y acabará sorprendiéndolas.

A partir de entonces, la novela se mueve entre un confín de aventuras y de tramas que las llevarán de un lado a otro casi por toda la geografía española, aunque, en el fondo, la búsqueda de Blanca, la de su madre, será el motor de la historia principal. A lo largo de la novela, en todo caso, Serrano muestra de manera directa, por un lado, las inquietudes, y por otro, el movimiento de una generación que creció al ritmo de internet. Las experiencias de Blanca, en ese sentido, una chica que se volverá entrañable, también enigmática, se mueven entre esos dos mundos en un entorno donde lo que es hostil resulta real.

«Fuego en la garganta» tiene un aditivo especial. Está ambientada en la década los 90 y principios de siglo XXI. Y no deja de sorprender qué rápido se ha movido el mundo de entonces, aunque nunca faltan padres ausentes y héroes anónimos y amistades inesperada. El resultado, en definitiva, es una novela fresca, juvenil, generacional, que atrapará enseguida a los lectores, pues se verán reflejados en ella de manera audaz y sutil en un mundo cambiante y en el que la realidad, a ritmo feroz, puede cambiar rápidamente de pantalla.