Scholz tiende la mano a la CDU para acordar la fecha electoral
Tras el colapso de la coalición alemana, el canciller Olaf Scholz aceptó este viernes hablar sobre una fecha para unas nuevas elecciones aunque, al margen de la cumbre de la UE en Budapest, pidió un acuerdo sobre qué leyes deberían aprobarse previamente. “Deberíamos discutir la fecha con la mayor calma posible”, dijo Scholz. Según sus palabras, sería bueno que "las distintas fracciones del Bundestag pudieran llegar a un acuerdo sobre qué leyes se pueden aprobar este año" y de ahí responder a la pregunta de cuándo es el momento adecuado para pedir un voto de confianza al Bundestag, también con vistas a fijar el día de las elecciones. Una fecha que, en cualquier caso, debe cumplir con los requisitos del escrutador federal para permitir con tiempo organizar una elección justa y democrática lo que supone un desafío organizativo importante para todos los involucrados, como los organismos electorales, los estados y los municipios.
Tras el fracaso de la también conocida como “coalición semáforo”, el Bundestag discutió este viernes sobre cuándo deberían celebrarse los comicios. Los portavoces del Partido Socialdemócrata (SPD) y de Los Verdes defendieron el calendario actual del canciller para solicitar el voto de confianza en el Parlamento el 15 de enero, de forma que la cita a las urnas tenga lugar en marzo. La oposición renovó urgentemente su petición de una fecha más temprana. En paralelo, Robert Habeck anunció su intención de presentarse como candidato a canciller por el partido de Los Verdes. "Me presento como candidato de los Verdes, por el pueblo de Alemania", anunció Habeck en un vídeo. "Si quieres, incluso como canciller, solo tú puedes decidir eso". La próxima semana, el exlíder de la formación ecologista deberá ser nominado en la conferencia que su partido celebrará en Wiesbaden. No hay más candidatos rivales prometedores y su candidatura era un secreto a voces desde hacía meses. Por su parte, el candidato a canciller de la Unión conservadora, Friedrich Merz, pidió el viernes por la tarde que las elecciones federales se celebren el 19 de enero, antes de que Donald Trump asuma el cargo de presidente de los Estados Unidos. "Faltan otros dos meses y medio a partir de ahora", dijo Merz, refiriéndose a los preparativos. "Sería perfectamente posible celebrar elecciones federales y recomendaría que así se hiciera".
Mientras tanto, la prensa alemana sigue informando y especulando de lo que sucedió el miércoles por la noche cuando la coalición alemana saltó por los aires. Según el informativo “Tagesschau” de la televisión pública alemana, cuando los líderes de la coalición llegaron a la Cancillería, Scholz les tenía preparado un documento de once páginas con sugerencias para ayudar a la recuperación de la economía alemana. Entre ellas, una exención al freno de la deuda que el Bundestag podría usar en situaciones de emergencia excepcionales y que, durante la pandemia, ya se había puesto en marcha. Scholz justificó su idea con los 3.000 millones de euros de ayuda que Ucrania necesita para pasar bien este invierno pero que, desde un punto de vista constitucional, hubiera sido controvertido para llegar a justificar tal emergencia. El ya exministro de finanzas, el liberal Christian Lindner, se negó y, a cambio, presentó un plan para aprobar los presupuestos del próximo año y seguidamente convocar elecciones. Scholz rechazó inmediatamente esa propuesta. Su argumento: si el semáforo decide sobre el presupuesto, ya no son necesarias elecciones anticipadas. Según medios alemanes, en un momento los participantes en la reunión se retiraron para celebrar por separado reuniones internas del partido y fue en ese instante cuando el periódico Bild informó que Lindner ofreció a Scholz nuevas elecciones, lo cual fue una provocación para el SPD. Se sospecha que el propio Lindner fue el origen de la filtración.
La euforia de los socios de la coalición se desvaneció rápidamente. Poco tiempo después de que firmaran la alianza tripartita, Rusia atacó a Ucrania. Para Scholz, la guerra en Europa fue un punto de inflexión: "Tenemos que invertir mucho más en la seguridad de nuestro país para proteger nuestra libertad y nuestra democracia" y así creó un fondo especial por valor de 100.000 millones para la Bundeswehr. A partir de entonces, Scholz gobernó en modo de crisis permanente. Fue mediador en muchas disputas de la coalición y, al mismo tiempo, vió como cayeron sus índices de popularidad. Posteriormente, una sentencia del Tribunal Constitucional Federal anuló el presupuesto para 2023. El fallo dejó inequívocamente claro que la receta de la coalición no podía utilizarse para combatir la disputa en curso. Eso y que los problemas que arrastraba el país debían solucionarse con mucho dinero; por ejemplo, para la reestructuración de la economía impulsada por Los Verdes con vistas a la protección del clima. El tono dentro de la coalición fue cada vez más crispado. Mientras que los representantes del SPD y los Verdes se mostraron abiertos a aliviar el freno de la deuda para poder invertir más dinero, el FDP presionó por una mayor disciplina presupuestaria. Políticamente, el gobierno federal llevaba meses yendo en diferentes direcciones y todos los partidos que conformaban la coalición cayeron en las encuestas. El gobierno era más impopular que casi cualquier gobierno anterior y finalmente todo explotó por los aires.