El ruido del tráfico nocturno afecta a 46.000 vecinos de Córdoba
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La actualización del mapa de ruidos de la ciudad de Córdoba , que pasó ayer por la Junta de Gobierno Local, señala que unos 46.000 vecinos de la capital tienen un problema por las noches a nivel acústico con el tráfico . Eso sí, el trabajo, que tiene fecha de septiembre, muestra un importante avance respecto al anterior mapa de la materia, que comenzó a elaborarse en 2016. El documento señala que «la principal fuente de ruido observada en la ciudad es el tráfico rodado » -se analizan igualmente las actividades industrial y ferroviaria-. En cuanto a la circulación rodada, los resultados durante el día y la tarde son positivos. En horario diurno , estima que el 95,1% de la población -303.858 vecinos de la capital de un total de 319.627- está por debajo de los 65 decibelios (dB) y para el período vespertino es un 98% de los residentes (313.368) los que no superan el citado nivel sonoro. Eso supone que una amplísima franja de población está cumpliendo los objetivos de calidad acústica para las zonas residenciales. No se alcanzan esos niveles cuando se observa lo que sucede por la noche. Ahí, el número de cordobeses afectados por el ruido se eleva. El 85,6% de la población está por debajo de los 55 decibelios -como es lógico, el listón en esa franja del día baja-. Este último indicador implica que el 14,4% restante supera ese umbral. Es decir, 45.982 cordobeses sufren un problema de ruido por el tráfico rodado. Y dentro de estos últimos, hay dos grandes colectivos. Por un lado, 40.141 conviven con un nivel acústico de ruido por el tráfico de entre 55 y 60 decibelios . Otros 5.814 lo padecen en una banda que va de los 60 a los 65. Por último, 27 residentes en la ciudad sufren un nivel sonoro de 65 a 70. El documento, elaborado por la empresa Acusttel (Acústica y Telecomunicaciones), reitera que, tras el análisis detallado de las fuentes de contaminación acústica, es «el tráfico urbano el que genera mayor población afectada ». En la circulación rodada, sigue este documento, «los mayores conflictos en términos de niveles de ruido los generan las arterias principales». En la situación existente, «la gestión del tráfico es la herramienta más eficaz para ir fijando objetivos de mejora». Eso sí, el propio mapa recoge los avances que ha habido. En la anterior edición -empezó a elaborarse en 2016 -, el mapa detectó que había un 46,8% de la población -153.863 ciudadanos- a los que les afectaba el ruido de la circulación rodada por la noche , al superar los ya citados 55 decibelios. Es decir, el colectivo que sufre al caer el sol contaminación acústica por esta cuestión ha menguado en más de 32 puntos. En el anterior estudio , además, en el periodo diurno , un 77,7% estaba en los umbrales que cumplían los objetivos de calidad acústica . Ahora , ese colectivo se va hasta el reseñado 95,1% -son 17,4 puntos más-. En la franja vespertina, en el mapa aún vigente el 79,40% no tenía problemas de ruidos con el tráfico. Ese colectivo ha crecido ahora en 18,6 puntos. Cuando el documento que pasó ayer por la Junta de Gobierno Local analiza la contaminación acústica que genera el tráfico ferroviario advierte de que hay «un porcentaje muy bajo de población afectada » por ella. El ruido debido a este tipo de transporte impacta en «un área muy localizada de la capital, justamente en las colindancias de las vías férreas de media y larga distancia, en las zonas de Villarrubia, El Higuerón, Las Quemadas y en parte del casco urbano de Córdoba». El trabajo recuerda que «parte de las circulaciones ferroviarias son subterráneas cuando atraviesan el casco urbano» de nuestra urbe. El mapa señala que actualmente, en el horario diurno, el 99,8% de la población -319.023 cordobeses de los ya reseñados 319.627- están por debajo de los 65 decibelios, con lo que cumplen los objetivos de calidad acústica para zona residencial. En la franja vespertina, el indicador es prácticamente idéntico: 99,9% de los habitantes no tiene problemas con el ruido ferroviario. Y en el periodo nocturno, ese porcentaje se eleva al 99,5%, siendo el umbral en ese horario de 55 decibelios. Los indicadores son muy similares a los del anterior mapa. El último factor de contaminación acústica que analiza este estudio es el de la actividad industrial . El trabajo expone que los datos indican que el sector fabril « no es una fuente principal de ruido » en Córdoba. Y es que los resultados indican que el cien por cien de la población está, en las tres franjas horarias, dentro de los niveles sonoros que cumplen con los objetivos de calidad acústica. En la anterior edición de este trabajo, el número de afectados era realmente minúsculo. No obstante, el documento de Acusttel sí hace una puntualización : «Se puede dar la circunstancia de que en casos particulares de algunas zonas residenciales colindantes con áreas industriales puedan existir molestias producidas por el funcionamiento y la propia actividad de las instalaciones fabriles, que sólo es posible cuantificar mediante campañas de medida de ruido 'in situ'». Tras abordar por separado las fuentes de contaminación acústica, Acusttel analiza el resultado del conjunto de dichas fuentes en lo que se denomina como « ruido total ». Se trata de unos indicadores que vienen muy marcados por el impacto del tráfico. Dentro de los objetivos de calidad en esta materia, se encuentran el 94,8% de los cordobeses en el horario diurno y el 97,8% en el vespertino. En el horario nocturno , ese porcentaje desciende al 85% . O sea, que hay un 15% de los empadronados (47.873) que están sufriendo los 55 decibelios o más. De nuevo, si se echa la vista atrás, la mejoría es más que notable . En el anterior mapa, el 48% de la población (157.679) sufría al caer el sol problemas de contaminación acústica. El texto recoge medidas que ha venido tomando el Ayuntamiento en este campo. Hay que tener en cuenta que el primer mapa de ruidos de la capital se aprobó en 2009. Se indican como actuaciones que «ya se aplican» para combatirlo la regulación del ocio nocturno ; la pavimentación en el viario urbano; la reordenación del tráfico y la movilidad, incluidas peatonalizaciones -se recuerda cuando se actuó sobre Cruz Conde-; las acciones de la Policía Local, de control; o el modelo de transporte público, que incide sobre el uso del vehículo privado.