China contraataca: presenta una queja formal ante la OMC por los aranceles definitivos de la UE a sus vehículos eléctricos
China ha interpuesto una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en respuesta a los aranceles definitivos impuestos por la Unión Europea sobre las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de su territorio. Esta acción marca un nuevo escalón en una disputa comercial que ya se encuentra en un punto crítico, exacerbando las tensiones en las relaciones bilaterales.
El caso fue presentado el lunes por el Ministerio de Comercio chino, que argumentó que esta medida es necesaria para "salvaguardar los intereses de desarrollo" de su sector de vehículos eléctricos. En su comunicado, el organismo reafirmó su firme rechazo a dichos aranceles, señalando que tales gravámenes constituyen una forma de "proteccionismo comercial bajo el pretexto de medidas compensatorias".
Esta situación refleja no sólo la creciente rivalidad en el ámbito del comercio internacional, sino también la lucha de la segunda economía mundial por consolidar su posición en el mercado global de vehículos eléctricos, un sector estratégico para su economía. La resolución de este conflicto en el marco de la OMC se anticipa como un proceso complejo, con implicaciones significativas para la industria automotriz global y las políticas comerciales de ambas regiones.
Este recurso eleva el riesgo de un nuevo conflicto en una relación que alcanzó un volumen de 739.000 millones de euros en comercio bilateral de mercancías en 2023, según Bloomberg. Con todo, la UE ha defendido la imposición de aranceles, argumentando que son consecuencia de una larga investigación que concluyó que los subsidios gubernamentales chinos otorgan ventajas competitivas desleales al sector de vehículos eléctricos.
Un portavoz del Ministerio de Comercio chino manifestó que la decisión europea sobre las medidas antisubvenciones “carece de solidez tanto en términos fácticos como jurídicos, y señaló que infringe las normas de la OMC, constituyendo un abuso de las herramientas de defensa comercial”. En este contexto, instó a la UE “a reconocer y rectificar sus errores”, destacando la importancia de mantener la estabilidad en la cadena de suministro global y de fomentar la cooperación económica y comercial bilateral.
Tras meses de negociaciones, amenazas de represalias y presión por parte de la industria automotriz, la UE publicó la semana pasada en su diario oficial el reglamento que establece aranceles permanentes durante cinco años de hasta el 45% sobre las importaciones de vehículos eléctricos chinos. Estas tarifas, que han estado en vigor de manera provisional desde julio, se han formalizado en un contexto de creciente crispación.
Se anticipa que la Unión Europea envíe pronto un equipo negociador a China con el objetivo de alcanzar un acuerdo en el que los fabricantes se comprometan a establecer precios mínimos, lo que podría llevar a la eliminación de los aranceles. Pekín ha solicitado consultas con la UE, un primer paso en el proceso de solución de diferencias de la OMC, que se extenderá por 60 días antes de que se considere la intervención de un panel especial.
Sin embargo, el máximo órgano de apelación de la OMC se encuentra actualmente inactivo debido a la falta de jueces, situación que responde a las frustraciones de Estados Unidos con la organización. A pesar de estos obstáculos, existe la posibilidad de que puedan resolver su disputa a través del mecanismo de respaldo conocido como MPIA, del que ambas partes son miembros. Esta alternativa podría facilitar un enfoque más ágil para abordar las diferencias y mitigar las actuales ficciones en un sector tan estratégico.