El padre Ángel, al rescate de «un diluvio universal que ha arrasado con todo»

«El Papa Francisco dice que Dios perdona siempre, el hombre a veces y la naturaleza nunca. Aquí se ha cumplido eso». Es lo primero que le brota al padre Ángel, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, después de haber puesto rumbo a Valencia para abrazar en primera persona el dolor de los damnificados. En Algemesí, ha podido comprobar «la incertidumbre de tanta gente que no sabe si los suyos estarán en los sótanos de los garajes y otros tantos que no saben qué se ha salvado realmente de sus casas porque ni siquiera han podido entrar por las montañas de coches que tienen en la puerta».

A la vez, ha encontrado «vecinos cargados de esperanza, con ganas de salir adelante». «A unos y otros no tiene sentido que les llenes de palabras, el consuelo llega a través de un abrazo y de esa ayuda básica: el agua, la leche, un poco de café…», explica sobre la campaña organizada por su fundación que tiene su sede valenciana como eje de recogida de bienes de primera necesidad.

A pesar de que el padre Ángel lamentablemente ha sido testigo en primera persona de guerras como la de Ucrania, tragedias como el volcán de La Palma o terremotos como el de Haití, el presbítero se ha quedado asolado al ver la situación en la que se encuentra la Comunidad Valenciana: «Es como si hubiera pasado el ‘diluvio universal’ que ha arrasado con todo, pero aquí no se han salvado ni los animales». «Estamos llamados a ser un poco intermediaros entre Dios y los hombres, ofreciendo aliento espiritual y alimento real, que sientan que no están solos», enfatiza.

En este sentido, subraya el sentimiento de comunidad que se ha generado entre los propios vecinos: «Es toda una lección, en medio de una sociedad donde algunos en el Congreso se siguen empeñando en discutir, enfadarse y poner todo patas arriba». «Ahora necesitamos unidad, es lo que están pidiendo los valencianos, no nos enredemos en otras cosas», advierte el sacerdote.