Ex presidentes del Gobierno, autonómicos y barones del PSOE y del PP: "Descoordinación, incompetencia, falta de medios y ausencia de un mando único"
Descoordinación. Incompetencia del modelo autonómico. Negligencia. Disfunciones. Políticos sobrepasados por la situación… La DANA y la tragedia histórica que viven los valencianos deja estas sensaciones entre los políticos que no están teniendo que gestionar en primera persona la catástrofe. Críticas duras, en voz baja, porque lo que toca es arrimar el hombro y aportar todos los medios de todas las administraciones e instituciones públicas para hacer frente al drama humanitario que vive Valencia. En voz baja, también, porque no se quiere molestar a los del partido, aunque el consenso sobre los fallos sistémicos sea absoluto.
De fondo es latente la sensación de que «las cosas no se han gestionado bien» y la reflexión sobre las disfunciones que vuelve a mostrar nuestro modelo de estado autonómico cuando tiene que afrontar una emergencia que afecta a varias administraciones. Este periódico se ha puesto en contacto con expresidentes del Gobierno, con expresidentes autonómicos y con barones autonómicos hoy en activo, de un color político y de otro, y hay una conclusión hiriente que se puede extraer del análisis bastante parecido que hacen unos y otros. Todos los referentes políticos consultados comparten la opinión, aunque lo reconozcan de manera oficiosa para no molestar a sus respectivos partidos, que hasta el miércoles por la mañana pudo ser explicable la falta de reacción, pero que, a partir de que se hizo la luz y se vio la dimensión de la tragedia, «no hay nada que justifique que no se haya actuado con toda la fuerza y los medios de nuestros militares sobre el terreno». La falta de suministros durante días, las poblaciones aisladas, el drama humano agravado por el silencio de nuestro sistema de protección civil no es «admisible en absoluto».
«Es absolutamente incomprensible. Contar con mil militares de la UME era insuficiente. La UME tiene 4.000 efectivos. Deberían haberse movilizado todos, y la experiencia nos demuestra que hacen falta no menos de 8.000, con todos los medios aéreos y terrestres. Además, el problema no es que no pudieran acceder, porque los periodistas sí lo han hecho desde el primer momento». Esta reflexión, de un expresidente del Gobierno, converge con la evidente falta de coordinación entre la Administración central y la autonómica. Hacía falta un mando único, un responsable que tomara todas las decisiones, pero la política se ha enredado en los protocolos de protección civil y en los debates competenciales. «No se puede afirmar que el número de víctimas sería menor, porque la mayoría las provocó el tsunami de agua, pero sin duda que el despliegue del ejército desde el primer momento habría ayudado a evitar alguna muerte y a atender mejor a las personas que han estado sufriendo en una situación propia de un país subdesarrollado durante días», analiza un presidente autonómico de una comunidad tocada por la DANA.
Emergencia nacional
Ya en la tarde del jueves, bajo radar, se movió un pulso burocrático entre el Gobierno y la Generalitat valenciana por ver quién tenía que ser el que pidiese a quién que se enviasen más efectivos del Ejército para completar el millar de soldados de la UME. Desde Presidencia sostenían que tenía que ser la comunidad la que hiciese la petición. Desde el PP, contestaban que el Gobierno de España no había activado el Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil aprobado en 2020 tras la covid. «Esta catástrofe, inédita en este siglo, es, sin duda, una emergencia de interés nacional y por tanto requería de la declaración de situación operativa tres y de la dirección y coordinación por parte del Ministerio del Interior para movilizar, dirigir y coordinar los recursos estatales y de otras comunidades en apoyo a Valencia. La situación operativa tres está definida en la normativa de protección civil para emergencias que superan la capacidad de una comunidad o que afecta a varias. Es un caso claro».
Pero también habría podido usarse la vía de que «el Consejo de Ministros declarase la emergencia nacional, una especie de estado de alarma, y, en ese caso, la UME hubiera asumido la dirección de todo. Está en la ley de Protección Civil de 2015. Exige políticamente que la comunidad quiera, y estas situaciones requieren de un debate a fondo». Pero al final el debate lleva al mismo sitio, a la burocracia normativa y competencial.
Hay otra conclusión que comparten también los políticos de primer nivel, en activo y en la «reserva». Que las comunidades de todos los partidos se resisten muchas veces a pedir medios estatales porque es la confirmación de que ellas solas no pueden. Algo «pueblerino» ante catástrofes de esta dimensión, pero que se han encontrado quienes han gestionado crisis graves. «Si a mediodía del martes se hubiera lanzado la alerta se hubiesen evitado muertes con seguridad. El envío del Ejército también se ha hecho tarde. Y ha faltado un mando único, que podría haber sido hasta militar porque son los que están acostumbrados a gestionar situaciones de este tipo».
Los ex presidentes de Gobierno y dirigentes autonómicos consultados ven difícilmente entendible que el Consejo de Ministros no se reuniera ya el pasado viernes de manera extraordinaria para aprobar la declaración de zona catastrófica o para adoptar medidas excepcionales, una vez que era evidente que el presidente valenciano y su Gobierno no tenían capacidad de gestión ni medios suficientes para encarar la catástrofe.
«Más allá del debate de la alerta, como país nos han fallado los medios, la coordinación, los portavoces oficiales y los mensajes de certidumbre». Estas últimas palabras son de un exministro de un gobierno del PP.