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Ноябрь
2024

Crítica 'Se acabó' en Netflix: las futbolistas españolas se marcan el mejor documental del año

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Una palabra es suficiente para describir Se acabó: diario de las campeonas: impresionante. Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Jennifer Hermoso, Irene Paredes... Todas las futbolistas de la Selección unieron fuerzas hace un año grabando esta auténtica obra de arte de Netflix donde hablaron sin tapujos del lado más oscuro de la Federación, su expresidente Luis Rubiales y el exentrenador, Jorge Vilda.

Por primera vez, Jenni Hermoso relata en Se acabó cómo se sintió después del polémico beso de Luis Rubiales tras ganar el Mundial. Por primera vez, Alexia Putellas defiende frente a la cámara a su amiga y compañera, poniendo de manifiesto la discriminación y faltas de respeto hacia las mujeres futbolistas. Y por primera vez, las 7 de las 15 que sí renunciaron a ir al Mundial, hablan de los sentimientos experimentaron al renunciar a su sueño por sus ideales.

Parar para poder avanzar

Las chicas estaban hartas. Su entrenador era incapaz de dirigir a sus jugadoras, de aportar soluciones, de trabajar por y para su equipo. Desterradas a los hoteles más alejados, sin conciliación familiar y con mucha impotencia. Así llegaban Irene Paredes y compañía al Mundial 2023. Por eso, las 15 deciden plantarse y enviar un comunicado en el que renuncian a la Selección si Vilda sigue siendo el entrenador. Vilda, íntimo amigo de Rubiales, que se aferró a su puesto como se aferra un caracol a su concha.

Era impensable que las mejores jugadoras del mundo no estuvieran en el Mundial. Pero necesitaban cambios y los necesitaban ya. Era un grupo roto, un equipo sin ilusión. Vilda había retirado la capitanía al tándem formado por Alexia, Jenni e Irene. Vilda husmeaba entre sus cosas, les abría las bolsas de comida y aparecía en las habitaciones mientras dormían para "charlar sobre fútbol". Mientras el banquillo se venía abajo, los directivos y el entrenador hacían su agosto.

Los cambios de Vilda y su mala relación con muchas de las jugadoras dividió al grupo. El entrenador tenía a unas futbolisas que le eran fieles y le entregó el brazalete a Ivana a pesar de que las líderes naturales eran Irene, Jenni y Alexia. Pero ninguna de ellas quería ser capitana de un equipo roto y simplemente, se tomaron el fútbol como un trabajo. "Entrenar, rendir e intentar ganar", dice Paredes, asegurando que, tanto ella como sus compañeras se limitaron a cumplir con sus obligaciones sin crear grandes vínculos con el resto de sus compañeras.

No tenían vestuario, ni gimnasio para entrenar

Después de la eliminación en la Eurocopa, todo cambió. Las 15 renunciaron y Vilda tuvo que convocar a nuevas jugadoras como Tere Abelleira, quien no se sentía del todo bien pensando que estaba ocupando el lugar de otra compañera que también merecía estar ahí. Olga Carmona, por su parte, acababa de llegar a la Selección y no quiso involucrarse demasiado en la polémica. De hecho, se negó a dar su opinión real sobre el tema en el documental.


"El resto de selecciones llevaban años viajando en charter, pero no queríamos eso. Queríamos que se respetaran los horarios de vuelo para poder descansar. Eran cosas básicas. No tener vestuario propio, no tener gimnasio porque era de los chicos aunque no estuviesen allí, eran muchas cosas...", dice Irene Paredes, una de las artífices del gran cambio en el fútbol femenino.

Además de la discriminación, las chicas también se remontaron al principio de los tiempos: cuando el entrenador Ignacio Quereda dirigía el cotarro. Les trataba como a sus "hijas" pequeñas. Que si el michelín, que si un tirón de moflete... Comentarios del tipo: a ti lo que te hace falta es un buen macho (o un buen rabo, según se levantase esa mañana). Quereda no quería a sus chicas y las trataba como el mundo suele tratar a las mujeres: con desdén y superioridad.

Pero la situación con Vilda tampoco fue mucho mejor. Un entrenador mediocre que exprimía a sus jugadoras y se metía en sus vidas sin ningún tipo de control. ¿Por qué? Única y exclusivamente por miedo a que todas sacaseen a la luz que era, precisamente eso, un entrenador mediocre.

El partido que hundió a las chicas


Tras renunciar al Mundial, Alexia putellas decide dar un golpe en la mesa y hablar con sus superiores. La jugadora reivindica derechos que aun siendo suyos, muchos seguían pensando que no les correspondían. Alexia y sus compañeras consiguen firmar un acuerdo que les favorece, con grandes cambios. Y la mitad de las 15, deciden volver a la Selección gracias, precisamente, a esos cambios.

Aitana marca el primer gol del Mundial y Alexia lo tiene claro: "Llevábamos muchos años haciéndolo y dijimos, vamos a hacerlo también en un Mundial". Pero llegó el partido contra Japón y España se vino abajo. No sabían qué hacer, el entrenador no aportaba cambios técnicos fundamentales para remontar y el resultado fue desastroso. 4 goles a 0 que sumieron a las chicas en un pozo sin fondo de decepción, rabia y tristeza.

"Éramos incapaces de sacar ese partido adelante, "nos pasaron por encima" "no queríamos un cambio de entrenador, queríamos que se hicieran las cosas mejor" o "necésitabamos ayuda y no la tuvimos" explican las jugadoras sobre aquel partido que jamás olvidarán. Cansadas del pasotismo de su entrenador, deciden enviarle un mensaje al presidente explicando la situación. Rubiales se enfada, se molesta, las toma como simples niñatas caprichosas en mitad de una pataleta.

La reunión que cambió la historia del fútbol para siempre

Tras las quejas, las chicas se sientan a hablar con sus superiores. Los "dueños" del fútbol femenino chantajean a las jugadoras con el amor hacia su equipo y su Selección. Intentan darle la vuelta a la tortilla y muchas de ellas, cambian de bando. Todas se habían puesto de acuerdo en las reivindicaciones, pero al llegar a aquella sala, varias dijeron cosas contrarias a lo que se había hablado antes. La tensión se palpaba en el ambiente. "Me parece un poco rastrero hacia tus compañeras", afirmó Paredes, mientras Ivana, confesaba que "había posturas muy radicales, era un precio muy alto y no quería perderme el Mundial. Al final no hablé".

Esas reuniones, lejos de unirlas, las separaron aun más. Pero, cuando al fin firmaron el acuerdo de mejoras, todas recuperaron la fe y decidieron remar en la misma dirección para cumplir el mismo sueño: Ganar el Mundial de Fútbol. Y lo consiguieron. Pero, ¿a qué precio?

Luis Rubiales, el predicador

No era habitual ver al presidente reuniéndose antes de los partidos con las chicas, pero habían llegado a la Semifinal de un Mundial y se notaba. Rubiales ofrecía charlas de lo más desagradables a sus jugadoras, con lemas como: "¿Quiénes son mejores? ¿Ellas o nosotras? o "¿Quién tiene más ovarios? ¿Ellas o nosotras?" Viendo las imágenes de esas charlas, todas las chicas comparten la misma expresión de asco en sus caras. Algunas como Aitana, aseguran que ni siquiera le escuchaban, simplemente, esperaban a que terminase el chaparrón.

https://twitter.com/paaulacil/status/1852429401474117736

Rubiales ejercía de predicador y se daba golpes de pecho con cada victoria como si fuese suya. No quería a las chicas, ni las respetaba, ni las apoyaba. Él solo quería ganar. "Tenemos lo que nos merecemos", dijo Rubiales tras llegar a la final. Y como si de una premonición se tratase, el Karma actuó y Rubiales recibió su merecido.

A veces ganan las buenas

La victoria en el Mundial quedó empañada por el beso de Rubiales. Él se encargó de filtrar vídeos de las jugadoras dentro y fuera del campo, para hacernos creer que no había sido para tanto. Al fin y al cabo, mirad a Jenni, se está riendo, se lo pasa bien, celebra el título. Pero, ¿qué esperaba que hiciera? Jennifer expresó varias veces en el vestuario que no le había gustado el beso, incluso rompió a llorar con Alexia, quien le tendió su mano asegurando que iría con ella hasta el final.

Y así fue. Tras una vergonzosa y estrambótica rueda de prensa de Rubiales, donde él se convirtió en la víctima y Jenni en el verdugo, Alexia escribió el famoso tuit: Se acabó. Y todas sus compañeras se unieron a la causa. Había el llegado el momento de luchar juntas, de decir "basta", de mostrarse más unidas que nunca. Y lo consiguieron, como consiguieron el Mundial. Con compañerismo, esfuerzo y sinceridad.

“Me paso el teléfono el de integrador, me dijo que tenía que hacer una videollamada para contar lo que había pasado, que había sido de la alegría y de la euforia para recogerlo en un informe y le dije que no no porque no sabía lo que estaba haciendo", explica Jenni sobre el aluvión de llamadas y amenazas veladas que recibió después del beso. El único objetivo de los dueños del fútbol femenino era defender a Rubiales y quitarle hierro al asunto. Reprochaban a Jenni todo lo que habían hecho por ella y la convirtieron, una vez más, en una niñata que se quejaba por todo.

Pero el mundo entero lo vio. Y testigos de ese repugnante acto machista, decidieron defender a Jenni. Futbolistas de todas partes se solidarizaron con ella. La noticia aparecía en todos los medios y las chicas se sentían más fuertes que nunca. Por eso, contactaron con todas las jugadoras que habían pasado por la Selección y juntas realizaron un comunicado exigiendo el fin de Rubiales y compañía. El expresidente insistía en que "he hablado con una mujer y dice que lo del beso no es para tanto". Pero ellas ya no iban a ceder más. La verdad tenía que salir a la luz y vaya si salió.

Los malos perdían. Vilda fue condenado por coacciones en el caso Rubiales y Rubiales... ¿Para que seguir hablando de Rubiales? No está y no estará más. Y podemos sentirnos orgullosas de lo que han hecho nuestras jugadoras. A pesar de los lavados de imagens constantes en la prensa, la verdad al fin, había cambiado de bando. "Quiero limpiar mi imagen a toda costa. Puedo utilizar a Jenni, a la fmailia de Jenni, a las capitanas. Lo intentaron de todas las maneras", dice Irene Paredes en el documental, dejando claro que sufrieron coacciones y miles de amenazas a través de las redes. Y a pesar de eso y mucho más, su valentía pudo con todo.

"Tenías que hacer lo que te estaban pidiendo. Si haces el favor, luego, pues como que se te va a pagar de por vida", "si no cedías ellos te iban a meter más mierd*. Pero bueno, la gravedad del asunto pesaba mucho más", expresan Alexia y Laia Codina, quien se negó a aceptar los chantajes de sus "jefes", aquellos que intentaron hundirlas en lugar de apoyarlas.

¿El gran apoyo de las chicas en ese momento? Como era de esperar, otra mujer sacó la cara por nuestras jugadoras. Amanda Gutiérrez, presidenta de FUTPRO y defensora de Jenni a capa y espada: "Antes de subir al avión, Jenni me comentó que la estaban presionando para hacer un comunicado protegiendo a Rubiales".

Las auténticas dueñas del fútbol lo cuentan todo en Netflix

Ni Rubiales, ni Vilda, las dueñas del fútbol femenino son Alexia, Jenni, Olga, Aitana, Irene... Ellas cambiaron la historia, ellas supieron reconducir su camino, limar asperezas y ganar un Mundial. Ellas son las mujeres que cada día siguen luchando para que las niñas no vuelvan a pensar jamás que están jugando a un deporte que no es suyo.

https://twitter.com/Prunell_Talent/status/1852380506794381569

Este documental es solo una prueba. La demostración de que ellas siempre tuvieron razón. Las campeonas del mundo lo han vivido todo y nos han hecho testigos de sus derrotas, sus victorias y sus aprendizajes. España siente un orgullo inmenso por todo lo que han conseguido y siguen consiguiendo. El balón de oro de Aitana es solo una demostración más de que esto no ha hecho más que empezar.

Las niñas del mundo ya no quieren ser como Cristiano Ronaldo, quieren ser como Alexia Putellas. La próxima Alexia Bonmatí está ahí fuera, quieren una oportunidad y debemos dársela. Se acabó, el documental que te pondrá los pelos de punta. Una hora y media de puro arte. De lo mejor que ha producido Netflix en mucho, mucho tiempo.