El match-ball de Laporta
Cuando llegué a Barcelona, hace muchos años, varios miembros del famoso entorno me decían: “A Laporta siempre le sale de cara en los peores momentos.” Y me recordaban siempre cómo salvó el examen de la moción de censura en 2008. Ahora que han pasado muchos años, he tenido la posibilidad de seguir en directo el giro de sensaciones que dio al club con la decisión de fichar a Hansi Flick. Hemos pasado del “Barça sí, Laporta no” al “gracias presidente por lo que estás haciendo por nosotros”, del “no ficharán a nadie” al “vaya equipo nos está montando el presi”. Pues así es, la pelota entró y Jan volvió a recuperar el control del partido. No es que lo tuviera perdido aquel entonces, pero el carácter laportista odia siempre por ego (no por personalidad) el tema de las críticas y florece más con las palabras “Pep, Txiki, sextete, tiki-taca, etc...”.