El «caso Errejón» frena la reconstrucción de Sumar
El «caso Errejón» ha abierto en canal a la izquierda alternativa al PSOE y ahora, la incógnita versa sobre cómo puede este espacio recomponerse, más en una batalla de acusaciones cruzadas entre partidos que, ahora, buscan aprovechar el caso para mejorar su posición política. En lo más urgente, el grupo plurinacional Sumar en el Congreso de los Diputados ya trata de atajarlo para resistir la legislatura.
Pero, a nivel orgánico, la situación es en estos momentos muy complicada. Y es que el «caso Errejón» frena de facto las posibilidades que tiene Movimiento Sumar –el partido de Yolanda Díaz– de consolidarse como partido, al menos en el corto plazo. El próximo 14 y 15 de diciembre estaba previsto que se celebrara la asamblea de Sumar, que tenía por objetivo dar un horizonte y estabilidad al proyecto, a pesar del fracaso inicial, al tener que haber dimitido Yolanda Díaz como coordinadora general del espacio por la concatenación de los resultados electorales.
Una asamblea en la que, como en el grupo parlamentario, Íñigo Errejón tenía un papel principal. El ya exportavoz era el «cerebro» político del espacio y dentro de Movimiento Sumar tenía encargada la redacción del documento político del partido, la actualización de las tesis políticas de la organización. Es el documento más importante de la asamblea. Ahora, en la dirección transitoria de Movimiento Sumar admiten que la pata política ha quedad «huérfana» con el escándalo de Errejón. Ante este escenario, la decisión de la coordinadora ha sido la de reunirse el próximo sábado 9 de noviembre para retrasar la asamblea. Txema Guijarro, uno de los miembros de la dirección de Movimiento Sumar, admitió ayer a los medios que «los tiempos» de la asamblea tendrán que replantearse tras el «caso Errejón». Fuentes del espacio aseguran que esta opción ya se había valorado antes de que explotara el "caso" , es decir, desvinculan la decisión del escándalo. Confirman, eso sí, que se postergará en el tiempo.
Esto supone un nuevo cambio de planes en el partido de Díaz, que ya se enfrentó en junio a su primer golpe tras la «dimisión» de ésta como coordinadora general. Una decisión que tomó solo tres meses después de tomar posesión del cargo. Ahora Movimiento Sumar no solo tiene que hacer frente al relevo de Díaz en la organización, sino que también debe afrontar una cirugía total para readaptar la coordinadora tras la dimisión de Errejón.
A este nuevo golpe político para los de Díaz, les obliga a ceder poder dentro del grupo parlamentario, donde ya se ha desatado una batalla por el propio control del mismo, todo en medio de la pelea por el liderazgo de la izquierda que se abrió tras la dimisión de Díaz como cabeza visible. Todas las formaciones advirtieron entonces de que Sumar como espacio aglutinador había quedado «superado». Ahora, ante el debate abierto para sustituir a Errejón como portavoz, varios de los partidos que componen Sumar ven la oportunidad para volver a repartir las cuotas de poder.
El coordinador de IU, Antonio Maíllo, lleva avisando varios días de la necesidad de «aprovechar» la situación para reorganizar el grupo parlamentario de manera integral. Abrió también la puerta a cambiar las siglas «Sumar» como nombre de la alianza de cara a unas nuevas elecciones generales. Algo que ha sido entendido como un intento de ganar poder en la coalición por parte de IU. Maíllo negó de hecho ayer buscar «poder». «No queremos aprovechar ninguna crisis para tener más poder ni para nada», dijo. Lo cierto es que si bien el cambio de portavoz quería ser solucionado por parte de Sumar de manera inmediata, la demanda de IU ha frenado su idea inicial. IU busca ahora implantar mecanismos de democracia interna para abordar este tipo de decisiones, después de que todos los partidos firmaran en el acuerdo de coalición que sería Sumar quien tomaría este tipo de decisiones. Compromís también se sumó a la exigencia de IU de aprovechar la crisis generada para acometer una reorganización interna.Sin embargo, este debate ha generado, también, controversia dentro del grupo parlamentario, al mostrar externamente la imagen de una coalición «pegándose» por los puestos en un momento en el que «habría que situar el foco en las víctimas», explican fuentes parlamentarias. Sumar, se abrió ayer a abordar las peticiones de IU y admitió no haber llegado a un consenso dentro del grupo. Admiten en el partido, eso sí, de que habrá un movimiento «en cadena», al tener que reformular también la terna de portavoces adjuntos y de comisión. Desde Movimiento Sumar advierten de que estos cambios no pueden aprovecharse para ganar poder.
Ayer, el primer día de pleno en el Congreso tras la dimisión de Errejón del pasado jueves, la sensación de desánimo era un clamor dentro del grupo parlamentario. A la reacción de «sorpresa», se sumaba la de «estupefacción» al revivir los diputados del espacio los casos de violencia machista relacionados con Errejón.
El lunes sirvió, eso sí, para calmar las protestas de los diputados que asistían atónitos en sus casas a la dimisión de Errejón sin entender nada. Y es que de la «investigación interna» abierta por Díaz el pasado martes para testar la veracidad de los testimonios de las víctimas fue una operación secreta. Tanto es así que ni el secretario general del grupo parlamentario, Txema Guijarro –muy cercano a Díaz– conoció la dimisión de Errejón y los motivos por las redes sociales, según relató. Otras fuentes explican que Errejón continuó ejerciendo labores de portavoz hasta la misma mañana en la que dimitió, es decir, 48 horas después de que Sumar se enterara del escándalo y hasta 72 de que Más Madrid tuviera conocimiento de las denuncias.