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Октябрь
2024

La ciencia que se esconde detrás del esmaltado de uñas

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Abc.es 
El mundo del esmalte de uñas es un universo de colores que va más allá de la simple estética. Cada tonalidad evoca emociones , sensaciones y hasta revela aspectos de nuestra personalidad. Así, por ejemplo, el rojo es el clásico del poder y la seducción. Un rojo intenso clama atención, mientras que un borgoña más oscuro susurra elegancia y misterio. El rosa es el lienzo de la dulzura, pero también puede ser el grito de la rebeldía en sus versiones más vibrantes. Mientras que el azul evoca calma y confianza, un ancla en la tempestad, el verde nos conecta con la naturaleza, simbolizando crecimiento y armonía. El amarillo es el color de la felicidad y la energía, al tiempo que el negro, lejos de ser lúgubre, es el lienzo del misterio y la individualidad. Pero la paleta cromática no termina ahí. Los tonos neutros -como el beige o el gris-, a menudo subestimados, son la base de la sofisticación ya que permiten que otros elementos del atuendo brillen con luz propia; por su parte los metalizados y los glitter simbolizan la fiesta, destellos de alegría y coquetería. Ahora bien, ¿alguna vez se ha preguntado cómo es posible que una simple capa de líquido transforme sus uñas en pequeñas obras de arte? Los componentes que participan en el complejo polinomio del esmalte de uñas son numerosos: pigmentos, polímeros, aditivos, resinas y disolventes. Tras aplicar el esmalte, el disolvente se evapora y los polímeros se entrelazan formando una película sólida y flexible sobre la uña, capaz de atrapar los pigmentos en su interior. Estos se adhieren a la superficie de la uña consiguiendo el color deseado. Los pigmentos determinan el color, pero la durabilidad depende de los polímeros. Es sobradamente conocido que no todos los esmaltes permanecen el mismo tiempo en las uñas, la durabilidad está determinada por la calidad de los ingredientes, la técnica de aplicación y, por supuesto, la composición química de la fórmula. Los esmaltes de gel, por ejemplo, contienen polímeros que se endurecen al ser expuestos a una lámpara UV o LED, lo que les proporciona una mayor resistencia y estabilidad. Igual que se cincela, se decolora. Seguramente que a muchos de nosotros no nos costaría mucho trabajo ni evocar el aroma acre del quitaesmalte ni el frasco ovalado que lo guarda en su interior. El quitaesmalte es un líquido mágico que promete la transformación. Y es que, con cada pasada de algodón empapado, se deshace una capa de artificio, revelando la autenticidad de la uña. De alguna forma podríamos decir que el quitaesmalte es un alquimista moderno, capaz de transmutar el color en transparencia, la fantasía en realidad. El ingrediente clave del quitaesmalte es un solvente, generalmente acetona o acetato de etilo, un compuesto químico formado por moléculas pequeñas y polares que penetran en la estructura de los polímeros del esmalte debilitando los enlaces y disolviéndolos. La eficacia de un quitaesmalte depende de varios factores, entre los que se encuentran la concentración de solvente, el tipo de solvente y los aditivos. Se ha observado que cuanto mayor sea la concentración de solvente, más rápido y eficaz será el quitaesmalte, y que la acetona es un solvente más potente que el acetato de etilo. De alguna forma el quitaesmalte, con cada pasada, nos regala un momento de introspección , de reflexión sobre lo que fue y lo que será. Cuando haya consumado su trabajo y las uñas quedan limpias y desnudas, renazca en nosotros una sensación de libertad.