Inyectar polvo de diamante en la atmósfera para frenar el calentamiento global
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La protección del clima desata la imaginación de los investigadores científicos, como prueba este estudio, dirigido por Sandro Vattini, investigador climático de ETH Zurich, y publicado por la revista Geophysical Research Letters , que propone lanzar polvo de diamante a las capas superiores de la atmósfera contra el calentamiento global. En colaboración con científicos de EE.UU., el equipo suizo ha descubierto que el polvo de diamante flotando en la atmósfera reflejaría especialmente bien la luz solar de vuelta hacia el espacio y, por tanto , enfriaría la Tierra . No resultaría barato, eso sí: el coste ascendería a unos 175 billones de dólares para reducir la temperatura global promedio en 1,6 grados Celsius a finales de este siglo. Los críticos recuerdan que con solo 1 billón de euros es posible instalar 10.000 kilómetros cuadrados de paneles solares. La geoingeniería desea aportar desde su campo soluciones a la protección del clima y desde esta perspectiva ha estudiado ideas como fertilizar los océanos para que puedan absorber más CO2, construir una presa gigantesca para salvar los glaciares o bloquear la luz solar mediante sombrillas o nubes de polvo en el espacio, a menudo medidas que también consumirían por su cuenta enormes cantidades de energía y presupuesto, además de suponer el riesgo de efectos secundarios imprevisibles. Los expertos consideran más realista el uso de aerosoles , en particular de dióxido de azufre. Es el concepto conocido en el argot científico como contaminación del aire positiva. Los aerosoles son partículas diminutas que pueden flotar en lo alto de la atmósfera durante largos períodos de tiempo, reflejando la luz solar hacia el espacio y enfriando así la Tierra. En este estudio se investigaba qué aerosoles podrían tener un efecto aún mejor que el dióxido de azufre y el ganador ha sido el polvo de diamante. La idea de introducir aerosoles en la atmósfera se inspira en procesos naturales como las erupciones volcánicas , que arrojan al aire enormes masas de gas y polvo que se extienden por todo el planeta y pueden influir en el clima durante años. La erupción del Monte Pinatubo en Filipinas en 1991, por ejemplo, enfrió el clima global alrededor de medio grado Celsius durante varios años. El dióxido de azufre ha demostrado que puede frenar el calentamiento global y sería comparativamente barato de producir, pero puede provocar lluvia ácida cuando se convierte en ácido sulfúrico en la atmósfera, por lo que los investigadores han buscado una alternativa más efectiva y menos peligrosa. Así es como han llegado a probar la efectividad de pequeñas partículas de carbono puro, polvo de diamante, que refleja con mayor fuerza la luz solar, permanece en el aire durante mucho tiempo y no forma grumos. Hace su trabajo, además, sin un almacenamiento mayor de calor, lo que contrarresta el efecto deseado de los aerosoles. Y a diferencia del dióxido de azufre, el polvo de diamante no forma sustancias químicas peligrosas , defienden los investigadore suizos. Para hacer las comprobaciones pertinentes, el grupo de investigación ha examinado los efectos de siete tipos diferentes de aerosoles en un superordenador , en el que se instaló una simulación de la atmósfera terrestre. Se ha tomado nota de las reacciones químicas desde su lanzamiento hasta su lento descenso hacia el suelo. La simulación ha desvelado lo que sin duda sería un grave problema que hace prácticamente la aplicación práctica del polvo de diamante: para que tenga un efecto notable, sería necesario producir artificialmente millones de toneladas cada año y distribuirlas a la atmósfera mediante aviones. Esto convierte la posibilidad en inasumiblemente cara, además de aspectos controvertidos que señalan otros expertos. «A veces, cuando se intenta encontrar una solución a un problema, se corre el riesgo de causar daños en otros lugares», advierte Anne Larigauderie, secretaria general del Consejo Mundial para la Diversidad Biológica (IPBES), que previene contra la desviación de fondos de otras áreas de investigación y teme que resultados como los de este nuevo estudio puedan generar una falsa sensación de seguridad.