La Real unocerista de siempre
La Real Sociedad logró un triunfo tremendamente necesario y bastante merecido, a mi modesto juicio, en un Montilivi que ha servido para crecer a los txuri urdin en los últimos años cuando no había sido nunca un campo demasiado propicio antes. El 3-5 de la 22-23 lanzó definitivamente a una Real que acabó en Champions, mientras que el 0-0 del curso pasado ante un rival lanzado, con lesiones de Oyarzabal, Becker y Odriozola incluidas, permitió creer al equipo para afrontar la semifinal de Copa y los octavos de Champions que luego no pudo superar. Este curso la victoria es la más importante de todas (que no son muchas) ante el Girona. A los de Imanol, y al propio Imanol, les urgía ganar para traducir en puntos la evidente mejora colectiva, de juego y de competitividad, pero sobre todo para respirar aliviados en el arranque de un carrusel durísimo de encuentros que afrontaban los txuri urdin muy mal situados en Liga y en Europa. Era hora de ganar.