Sin tregua a los autónomos

Sabido es que este gobierno no tiene mucha simpatía por el colectivo de los autónomos, castigados en imposición, cotizaciones y escaso retorno en jubilación, contrariamente a lo que sucede en la Unión Europea. El Ejecutivo quiere un país de funcionarios, y en ese esquema los autónomos molestan. Afortunadamente diferentes regiones están empeñadas en llevarle la contraria al Gobierno central, entre ellas la del socialista García Page en Castilla La Mancha, de manera que esa penuria se ve parcialmente atenuada.

Ahora, la ministra y vicepresidenta Yolanda Díaz, está empeñada en repercutir al colectivo, al menos en los sueldos más elevados, el nuevo impuesto o «cuota de solidaridad» con el que se gravarán las rentas más elevadas a partir de enero del 2025 para socorrer las pensiones.

Las rentas altas no son las millonarias, sino la mayoría de los que cotizan en España. En principio, los autónomos se quedaban al margen de la cuota, pero la vicepresidenta quiere incluir también a este colectivo, que va camino de convertirse en maldito, si se compara con el entorno. Mientras que aquí un autónomo puede pagar 294 euros al mes, en Inglaterra la cuota es de 14 euros, en Portugal no se paga y en Alemania tampoco si el ingreso es inferior a 1.700 euros mensuales.

En nuestro país, por el contrario, un trabajador que facture 5000 euros al mes, por ejemplo, tiene que emplear 2.398 para IVA, gastos de gestoría, impuestos varios y cuota de autónomos. Las deducciones, por el contrario, son generalmente ridículas, cuando no casi inexistentes. Si a eso se suma la inflación y los demás tributos y tasas, el resultado es la ruina