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Октябрь
2024

La Manon referencial de Lisette Oropesa y un sensacional Gaffigan deslumbran en Les Arts

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Abc.es 
Si sumamos la ópera de Massenet y la de Puccini, las óperas basada en la novela del Abate Prévost del primer tercio del siglo XVIII han sido de las más representadas del repertorio, y ello a pesar de que el libro fue prohibido en Francia tras su publicación, aunque con resultados poco exitosos pues la obra se difundió por conductos alternativos al oficial. El director de escena Vincent Huget, en esta producción de la Opera Nacional de París inaugural de la temporada del Palau de les Arts , coloca la acción en el París de los felices años 20, con referencias en detalles a las vanguardias artísticas del momento. Manon es voluble, una veleta movida por el viento, pero al final siempre señalando los caminos quizás menos recomendables, salvo el del amor por Des Grieux. En este sentido Lisette Oropesa, que ya ha cantado este papel en el Met de Nueva York y que por primera vez lo hace en Europa, lleva a cabo una creación referencial en las sucesivas reencarnaciones de las respectivas Manon, llevándonos a la ilusión de estar frente al verdadero personaje. Huget da la sensación de decidir trasladar la acción a esta época, pues puede mostrar con mayor credibilidad este viaje ondulante hacia la fatalidad por medio del libertinaje y las malas decisiones de una adolescente claramente inmadura. No nos explica algunas cosas como por qué en París Des Grieux vive en una estancia que parece ser el almacén de una galería de arte o el estudio de un artista. Buen movimiento de actores desde cierto convencionalismo y las masas protagonizadas por el coro vienen a encarnar el mundo de lo frívolo que seduce con facilidad a una Manon que inicialmente intenta resistirse, pero refleja una gran debilidad de carácter , encantadora por otra parte, sin atisbo de maldad, generando un sentimiento de compasión más que de reproche. Oropesa impresiona en su matizada y amplísima, a la vez que contenida, gestualidad siempre sin afectación, en su capacidad para moverse por las tablas, para seducirnos visualmente, para que empaticemos con ella con un rol de los más extensos de todo el repertorio operístico, pues está en escena en los cinco actos , transitando desde la ensoñadora felicidad que transmite en Je suis encore tout étourdie, a la despedida de un mundo en el que fue feliz Adieu, notre petite table o en plena efervescencia de frivolidad «Je marche sur tous les chemins». Vocalmente es una de las grandes sopranos líricas del momento, si bien aborda con suficiencia la coloratura. Sin embargo, todavía me parece más interesante su zona media y el ataque al agudo es verdaderamente extraordinario. Respecto al resto del reparto, el problema es que percibe un acusado escalón entre Oropesa y el resto, sin desmerecer un reparto más que correcto. Ello puede quedar un tanto matizado en el hecho de que ella es la protagonista absoluta de la obra de Massenet y de la producción parisina. No se puede decir que Castronovo sea un Des Grieux que no está a la altura. Lo está con un caballero expresivo, entregado y con instantes de gran arrojo en otro rol que también asume una partitura interminable, pero en ocasiones sus prestaciones bajan algunos enteros con una emisión algo entubada y afectada que repercute que contrasta con Oropesa más homogénea y natural. No obstante, Castronovo nos ofreció instantes memorables coincidentes con los fragmentos más pasionales. El barítono catalán Carles Pachon que recientemente participó en la Novena Sinfonía de Beethoven en el Palau de la Música es un correcto Lescaut ,pero quizás el papel exige una mayor presencia vocal. James Cresswell, como padre del protagonista, fue muy aplaudido por unos medios vocales imponentes, aunque falte algo de nobleza y una línea de canto más constante y homogénea, y Jorge Rodríguez-Norton es de lo mejor de la noche entre los cantantes masculinos con una voz fresca y un canto lleno de matices. A todo contribuye de forma decisiva un sensacional Gaffigan en uno de sus grandes trabajos desde su llegada a Les Arts. Con una partitura en la que la orquesta suena opulenta, brillante y vibrante , respondiendo la OCV y sus solistas a la perfección. El director neoyorquino se aleja de manierismos y cursilerías dirigiendo con pulso firme pero también con imaginación. Recurre también al volumen para engrandecer la música que sale del foso, pero en instantes en que puede dejarse llevar, siempre aliado con unos cantantes a los que lejos de tapar, arropa. Gaffigan muestra haber preparado la partitura para manejar las dinámicas a la perfección. No podemos dejar de mencionar al un excelente Cor de la Generalitat Valenciana que con una presencia importante en esta obra, suena empastado y poderoso en escenas a la par que preciso por mucho que la escena represente el barullo de un Paris. Éxito de público que llenó la sala y que, sobre todo recibió a Oropesa en el turno de saludos con una enorme ovación y numerosos bravos. MANON, de Jules Massenet. Ópera en cinco actos y seis escenas . Palau de Les Arts. 15 de octubre de 2024 Lisette Oropesa, Charles Castronovo, Carles Pachon, James Creswell, Jorge Rodríguez Norton Orquestra de la Comunitat Valenciana Cor de la Generalitat Jean-François Kessler, dirección de escena James Gaffigan, director musical