Detenido en Roma Álex di Francesco, el butronero hijo de un diputado y mayor experto en reventar cajas fuertes
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Dicho y hecho. El Grupo II de la Sección de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional logró una orden de detención internacional el pasado lunes y ya ha cazado a Álex di Francesco Ovejero, el considerado mayor experto en activo en reventar cajas fuertes en España. En la operación ha colaborado la Polizia di Stato de Italia, pues el sujeto, español pero con doble nacionalidad también de ese país, se escondía en Roma, como adelantó ABC hace una semana. Di Francesco es hijo del exdiputado nacional transalpino Stefano di Francesco y de una abogada madrileña. Nació en la capital española hace 35 años; se crió como un niño bien en Chamartín y ha residido en San Sebastián de los Reyes, junto al centro comercial Alegra, en un piso en propiedad que actualmente tiene en alquiler. Tras el asesinato del Niño Sáez, en mayo de 2017, se le considera el mayor especialista en España en apertura de cajas fuertes con oxicorte o lanza térmica y en robos por el método del butrón. Actualmente, le constan diez reclamaciones judiciales en nuestro país, entre órdenes de busca y personación y las de detención. Las fuentes consultadas apuntaban a ABC días atrás a este periódico a que estaría en Italia, donde cuenta con una red familiar y social consolidada. De hecho, allí es donde la Policía cazó hace dos meses a uno de sus esbirros, Carlos La Mola Navarro, madrileño de 36 años. Este último lleva más de una década asaltando joyerías, restaurantes, gestorías, inmobiliarias y lo que se tercie, en lugares tan lejanos de su casa como Cataluña. A Álex le han cazado ahora cuando salía de un bar romano. Utilizaba identidad falsa y había cambiado su aspecto para intentar engañar a los agentes. Tiene cuestiones pendientes por Murcia y Málaga, entre otros puntos de nuestra geografía. Es más, en su última tanda de palos en España se calcula que se hizo con un millón de euros. Esos delitos los cometió, presuntamente, con su mano derecha, Omar Nasr Guerrero , un joven afincado en Mijas (Málaga) y que, como informó este diario, fue apresado hace ahora un año en Melun (Francia). Le constaban 13 reclamaciones judiciales y una Orden Europea de Detención y Entrega en vigor por diversos motivos. Omar, dentro de esta organización criminal itinerante, se dedicaba sobre todo a la planificación de los golpes, llegando a visitar los establecimientos objetivo previamente hasta vestido de técnico. En esa época, el grupo se dedicaba al robo de terminales telefónicos de alta gama. De inmobiliaria se llevaron 100.000 euros en efectivo de la caja de caudales; Además, Nasr Guerrero tenía pendiente un intento de homicidio tras disparar desde su coche a los porteros de una discoteca de Marbella. Ocurrió en 2012, cuando iba en el vehículo con unos amigos y quisieron 'asustar' a los vigilantes que no les habían dejado entrar en el local. Utilizó un arma con silenciador. El 'Italiano', que es como se conoce a Álex di Francesco, hacía dos años que había salido de una cárcel alemana. En la primavera de 2017, la UDEV Central los arrestó, pero salieron a la calle. Álex estuvo en el calabozo lo que tardó en vender su todoterreno Mercedes y pagar con esos 50.000 euros la fianza. Al poco, dejó su ADN en el asalto a un restaurante de Cádiz, El Faro, del que tuvieron que escapar al verse sorprendidos por unos obreros que acudían a trabajar, cuando estaba en plena faena con la lanza térmica en la mano. Luego, comenzó a viajar frecuentemente a Alemania y Bélgica, siempre con su pasaporte italiano. En la mitad de 2019, perpetró dos robos en joyerías. Uno en Frankfurt y otro en julio de ese año en un establecimiento similar. En el primero también dejó su ADN y los alemanes pidieron la colaboración de nuestra Policía, que les alertó de un viaje a Berlín en ciernes de Di Francesco, donde permaneció una semana. Sus idas y venidas a Centroeuropa se debían a sus contactos para preparar los golpes, pues en España estaba ya muy quemado. Finalmente, le apresaron cuando reventaba la caja fuerte con 45.000 euros en un hotel de Colonia con Omar Nasr, que regresó a Marbella, se fugó y acabó arrestado en Francia, como se ha dicho, hasta hace doce meses. Pero Di Francesco fue condenado a tres años y medio por la joyería de Frankfurt y a más de un año por lo del hotel. Había vuelto a Roma, donde aparentemente intentaba rehacer su vida criminal, pero el tiro, esta vez sí, le ha salido por la culata. Su extradición es cuestión de días y deberá someterse, por fin, a nuestro Código Penal, por mucho más endeble que sea en estos casos con respecto a países de nuestro entorno comunitario.