Un padre muerto, un pódcast de éxito y un ensayo para decir adiós
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Cuando murió su padre, Javier Peña (1979) no supo llorar. No lloró ese día, ni esa noche, ni a la semana siguiente , ni después de un mes. Tuvieron que pasar tres años y un libro para que el hijo, al fin, encontrara sus lágrimas. Lo hizo en el paseo marítimo de A Guarda, bajo una lluvia fina que le empujaba hacia delante, una de esas tardes en las que imitaba el caminar de Tolstoi , solo que en Galicia y con Spotify. Pero dejemos que lo cuente él. «Recuerdo que las olas rompían contra el dique como si huyesen de alguien y yo escuchaba música con auriculares como si quisiese huir de mí mismo. Una canción me devolvió entonces... Ver Más