Lenny Kravitz es para muchos el último gran artista del rock ‘n’ roll. Lanzó su álbum debut Let Love Rule en 1989, marcando el inicio de una carrera musical caracterizada por una fusión de rock, funk, reggae, hard rock, soul y R&B. Sus canciones sonaron en ese entonces y han seguido sonando a través de los años. Y muchas de ellas se han transformado en himnos. Otras, como Ain’t Over ‘til It’s Over (1991) y Again (2000), alcanzaron el top 10 en la lista Billboard Hot 100. Otros éxitos incluyen Let Love Rule (1989), Always on the Run (1991), Are You Gonna Go My Way (1993), Fly Away (1998) y American Woman (1999).
Además de sus éxitos, Lenny Kravitz ha ganado varios premios, incluido el Grammy a la Mejor Interpretación Vocal de Rock Masculino, galardón que recibió durante cuatro años consecutivos de 1999 a 2002. Con este logro rompió los récords de más victorias en esa categoría y de lograrlo de manera sucesiva para un artista masculino. En sus más de tres décadas en la industria, ha vendido más de 40 millones de álbumes en todo el mundo. Un número que confirma el éxito e icono musical que sigue siendo.
El próximo 11 de diciembre Lenny Kravitz regresará a Colombia después de cinco años con su gira Blue Electric Live Tour 2024.
El Tiempo habló con Lenny Kravitz sobre su carrera en la industria, su concierto en el Coliseo MedPlus, entre otros temas.
¿Qué ha aprendido a través de la música?
¡Wow! Parece mentira lo que voy a decir, pero nadie me había hecho esa pregunta en 35 años de carrera. Pero he aprendido que la música es el gran comunicador, una forma de expresión universal que trasciende barreras lingüísticas. Es sentimiento, amor, humanidad… y, por supuesto, todo depende de lo que pongas en ella. Para mí, se trata del amor, de Dios, de amplificar la energía positiva. Todavía estoy enamorado de la música como lo estaba cuando era un niño. No estoy hastiado, ni cansado de ella. Todavía estoy inspirado, fresco y motivado. Así que la música para mí ha sido vida, propósito, y sigue siendo una de las cosas que más disfruto, además de mi familia y el simple hecho de ser un humano.
¿No se ha aburrido de la música en 35 años de carrera?
No me canso ni me aburro de ella y no lo doy por sentado. También me ha enseñado a ser paciente y a tener fe. No le digo a la música qué hacer; dejo que me hable y me guíe. Cuando entro al estudio, no es con la presión de escribir una canción. Escucho lo que la música me dice. Y fluyo.
Lenny Kravitz regresa a Colombia el 11 de diciembre con su gira Blue Electric Live Tour. Foto: MARK SELIGER
Un artículo lo describe como la última estrella de rock. Sigue haciendo conciertos y álbumes, toca todos los instrumentos en sus discos, produce, canta y escribe. Pero, hoy en día, parece que ser músico ya no es lo más importante en el negocio de la música. ¿Cómo se siente con respecto a esto?
Para mí, la música sigue siendo lo más importante. Es espiritual, sanadora. Lo que pones en ella, eso es lo que transmites: si es negatividad, eso obtienes; si es positividad, también. Pero hoy en día falta mucho de esa música espiritual y curativa. El negocio de la música se ha vuelto comparable a la comida rápida: te llena en el momento, pero no es lo más nutritivo ni lo más duradero. Sí debo decir y destacar que aún hay grandes artistas haciendo música profunda. Aunque no lleguen a las listas de éxitos o al mainstream, están ahí. Es una pena que el sistema y las empresas no estén tan interesados en impulsar eso. Están más interesados es en impulsar productos. Pero lo maravilloso es que siempre habrá una reacción al status quo.
Hoy en día, la industria está más enfocada en sencillos y las descargas de las plataformas, pero usted sigue grabando álbumes completos. ¿Se siente como un ‘outsider’?
No lo sé, yo simplemente hago lo que amo. Me encanta hacer álbumes. Crecí escuchando discos completos, y, para mí, un álbum te da espacio para contar una historia. Soy músico y esto es lo que disfruto. Continuaré haciéndolo así. Además, hay otras personas emergiendo que están volviendo a esta forma de hacer música.
¿Cuál es la historia detrás de su último álbum, ‘Blue Electric Light’?
Si bien no es un álbum conceptual, es curioso porque este disco es muy similar al que nunca hice y hubiera querido hacer en el bachillerato. Su sonido es anterior a Let Love Rule, y refleja el amor ingenuo de esa época en mi vida. El espíritu sigue siendo el mismo, pero tiene la esencia de mis días de adolescente.
¿Y por qué cree que ese espíritu ha vuelto a usted ahora?
Creo que uno de los motivos principales es que escribir mi libro, Let Love Rule, que abarca desde mi nacimiento hasta los 24 años, me hizo reflexionar profundamente sobre mi adolescencia. Al hacerlo, abrí un portal a esa época de mi vida, sin darme cuenta al principio. Incluso, hay dos canciones del disco que escribí en la secundaria. Fue muy divertido revivir ese momento mientras grababa.
Me da la impresión de que usted es un perfeccionista en todo lo que hace. ¿Cómo es con usted mismo al crear música?
Perfeccionista es poco. Nadie puede ser más duro conmigo que yo mismo. Soy extremadamente exigente y trabajo hasta que siento que está bien. En todo lo que hago, sigo trabajando hasta lograr el resultado que considero adecuado.
Siendo tan exigente, ¿cómo sabe cuándo una canción está terminada?
La canción te lo dice. Sientes cuando tiene todo lo necesario, cuando respira y no la has sobrecargado. Es como el maquillaje, a veces menos es más.
Después de tantos años, ¿sigue disfrutando salir de gira?
Sí, me encanta. Aunque la vida en la gira puede ser agotadora, las dos horas que paso sobre el escenario son invaluables. No es solo sobre mí, es sobre la gente que viene a verme, quienes han vivido con mi música y la han hecho parte de sus vidas. Gente que apoya la música, que ha vivido con la música. La música es parte de sus vidas y para eso estoy yo.
En América Latina muchas personas no hablan inglés, pero cantan sus canciones a la perfección. ¿Cómo le hace sentir eso?
Es increíble. Como estábamos hablando antes, la música trasciende el lenguaje. Hay mucha música en idiomas que no entiendo, pero la siento. Y si quiero, puedo dar un paso más y buscar la traducción, pero el sentimiento es lo que conecta primero.
Si pudiera viajar en el tiempo y hablar con su yo de seis o siete años, ¿qué le diría?
Le diría que siga su corazón, que es exactamente lo que hice. Sin embargo, le recordaría que se tome el tiempo para disfrutar el camino, para oler las rosas. En mis 20s y 30s estaba tan enfocado en avanzar que no me detenía a celebrar lo que estaba logrando porque estaba concentrado en seguir adelante y trabajar y avanzar. Ahora disfruto más, celebro más. Y ojalá también lo hubiera hecho al principio de mi carrera.
Muchas mujeres han luchado para obtener una voz propia y superar la cosificación de sus cuerpos. Usted es un claro ejemplo de un hombre que ha sido sexualizado. ¿Le molesta?
Es interesante cómo las personas le dan tanto valor a la apariencia, al cuerpo, la ropa o el peinado, en lugar de enfocarse en lo que realmente es una persona. Yo cuido de mi cuerpo porque es mi instrumento, el regalo que Dios me dio, y quiero que dure lo máximo posible. Me esfuerzo por estar en forma y aplicar esa disciplina en todos los aspectos de mi vida. Nunca me he sentido mejor en mi vida que ahora.
¿Cómo mantiene la frescura al interpretar éxitos que ha tocado durante años?
Dejando que la música renazca cada noche. Siempre trato de encontrar algo nuevo en cada interpretación, explorar cómo puedo amar la canción ese día. Es como en una relación, tienes que esforzarte por seguir encontrando formas de amarla cada día.
Si pudiera embotellar un solo momento de su carrera para revivirlo siempre, ¿cuál sería?
¡Uy! El comienzo de mi carrera, sin duda. Hacer mi primer álbum y la primera gira fue mágico. No sabía qué esperar, todo era nuevo y fue una experiencia increíble. Aunque cada álbum y cada gira trae algo nuevo, esa primera vez fue especial.
Parece que sigue tan abierto como en ese entonces. ¿Cree que, de alguna manera, este nuevo álbum es un regreso a ese momento?
Sí, estoy en un lugar de nuevos comienzos. A pesar de llevar 35 años en esto, me siento agradecido y listo para nuevas experiencias. Estoy abierto a lo que venga.