El ejército de inquilinos en la reserva
El negocio rentista es boyante precisamente porque existe una masa ingente de demandantes de vivienda que no pueden eludir el hecho de necesitar un techo y compiten de manera salvaje por esas viviendas. Cuántos más haya en esa situación más pagarán por los pocos pisos que hay
La gente que no tiene acceso a la vivienda está planteando mal sus reivindicaciones porque da la impresión de que creen que es un problema compartido y que preocupa a toda la sociedad. La realidad es que la vivienda no es un problema, no para todo el mundo, puede que lo sea para algunos que han llegado tarde a la fiesta, pero la realidad es que la vivienda es una oportunidad para hacer dinero a costa de la plusvalía y el trabajo de unos pocos. Un gran negocio que no interesa que se termine.
La vivienda no es un problema para los rentistas, la vivienda no es un problema para quien tuvo la suerte de acceder hace muchos años y ya la tiene pagada, ni siquiera para quien tiene una hipoteca desde hace años, la vivienda no es un problema para quien ha heredado o incluso para quien sabe que la heredará, desde luego la vivienda no es un problema para el PSOE y el PP, que saben que todos estos que acabo de mencionar son mayoría y su electorado objetivo. El último censo conocido del INE, que data del 2021, dice que solo el 16% de los españoles vive de alquiler, por mucho que haya aumentado ese porcentaje difícilmente alcanzará el 20% en estos momentos. Sois minoría, pero eso sí, una minoría que como negocio es muy jugosa.
Equivocar el diagnóstico y el planteamiento impide encontrar soluciones efectivas. Si crees que la vivienda es un problema, que el Gobierno está preocupado, que las administraciones y los partidos también, y por lo tanto quieren buscar una salida a la justa reivindicación sobre el acceso a la vivienda, pierdes el foco y las estrategias de presión caerán en saco roto. Hasta que la gente que no tiene acceso a la vivienda sea consciente de que es necesario mantener una masa social en esa situación habitacional precaria para extraerle sus recursos y hacer negocio con el alquiler abusivo, no podrán solucionar su situación. ¿Han pensado los jóvenes de clase obrera qué pasaría con las jugosas rentas de los propietarios si se garantizara el derecho a la vivienda? ¿De verdad creen que van a dar una solución justa a su precariedad cuando hacerlo supone que los rentistas dejarían de vivir del dinero ajeno sin dar palo al agua?
El negocio rentista es boyante precisamente porque existe una masa ingente de demandantes de vivienda que no pueden eludir el hecho de necesitar un techo y compiten de manera salvaje por esas viviendas. Cuántos más haya en esa situación más pagarán por los pocos pisos que hay. El negocio del rentismo precisa de un ejército de inquilinos en la reserva para garantizarles retornos por encima el 10%. Si de verdad alguien se cree que se va a pinchar esa burbuja solo porque unos pocos zarrapastrosos y unos cuantos miles de proletarios no pueden hacer planes de futuro y acaban gastando todo lo que ganan currando como unos hijos de puta para darle ese dinero al rentista es que todavía no saben lo que es el sistema capitalista. El plan es precisamente ese: hacer de la vivienda una masiva transferencia de renta de los que menos tienen a los que más. Primero lean a Marx, Bakunin, Davis, Fisher, Fraser y Luxemburgo y luego hagan barricadas. Eso es lo único que les dará una oportunidad.
Las soluciones, una vez que eres consciente de que el poder no tiene incentivos para solucionar el problema de la vivienda, aparecen como una iluminación. Salir a la calle y quemar cosas. La de siempre, la que ha funcionado a lo largo de la historia para cambiar la situación de los más vapuleados. Hay que hacer a los gobernantes más costoso no hacer nada que hacerlo. Obligarles por la vía de la presión en la calle, de la forma más salvaje posible. No es algo que os vaya a descubrir ahora, mañana hay una manifestación, y ni siquiera servirá que sea masiva aunque tiene que serlo. Tiene que ser masiva, sostenida en el tiempo, y que impida a todos los que tienen poder mirar para otro lado. No hay que darles respiro. Quejarse un rato no servirá de nada, y creer que un Gobierno de izquierdas como el que tenemos va a cambiar de manera sustancial un problema estructural como este es ser tan inocente que hace merecerse que las cosas no cambien.
La otra solución es ser imaginativo y abandonarse al cinismo. Si no tienes vivienda es porque no piensas en grande, y no será porque la actualidad no nos ha dado ejemplos sobrados. Bárbara Rey consiguió que los fondos reservados del Estado le pagaran más de 600 millones de pesetas en cómodos plazos para ir pagando la hipoteca de su chalecico. Isabel Díaz Ayuso vive de gorra en la casa de su novio después de que este diera un pelotazo a través de una de las grandes empresas de sanidad privada contratistas con la Comunidad de Madrid y después de defraudar a hacienda a través de empresas pantalla y facturas simuladas. Mirad a Jessica, una activista por la vivienda digna que está pasando desapercibida por su talento para pelear por un techo. Logró que una trama de corruptos le pagara un pisazo en las Torres de Madrid por haberse liado con José Luis Ábalos. Y este sí, genio y figura, que hizo que Koldo le buscara un chalé en Cádiz para el veraneo y sus devaneos que pagaron unos empresarios para ver si le conseguían unas licencias de hidrocarburos. No me digáis que no hay maneras de conseguir una vivienda en condiciones. ¿Veis como no es un problema? Así que hay que hacer que sea un problema para quienes ven la vivienda como un bien de mercado. Contra el rentismo y la especulación, barbarie. No entienden otra cosa.