Los beneficios del kefir: cuáles son los nutrientes que aporta al organismo y cómo prepararlo
El kefir ha emergido como un alimento estrella en el ámbito de la nutrición, superando incluso al yogur en términos de concentración de probióticos. Este fermento lácteo aporta con un sabor único una serie de beneficios para la salud y el bienestar general gracias a la cantidad de nutrientes que contiene.
Además, su preparación casera es sencilla y solo requiere de algunos elementos que tenés en tu hogar, permitiendo que cualquiera pueda hacerlo en casa y disfrutando de sus propiedades probióticas.
Qué nutrientes aporta el kefir a tu organismo
El kéfir es un lácteo fermentado que, gracias a su composición única, ofrece una amplia gama de nutrientes que lo hacen super conveniente para tu salud.
A diferencia del yogur, que se limita a un par de cepas bacterianas, el kéfir contiene hasta 30 tipos de microorganismos, lo que lo convierte en un probiótico excepcionalmente eficaz.
Este rico perfil microbiano no solo promueve un equilibrio en la flora intestinal, sino que también tiene un efecto positivo en la salud digestiva general.
Los compuestos bioactivos que se forman durante su fermentación, como los ácidos orgánicos y los péptidos, tienen propiedades antiinflamatorias que ayudan a calmar el tracto digestivo.
Esto se traduce en una disminución de la producción de gases y una notable mejora en la sensación de pesadez después de las comidas. En términos de nutrientes, el kéfir es una fuente rica en:
- Calcio
- Magnesio
- Fósforo
- Vitamina K
- Varias vitaminas del grupo B
Cómo preparar kéfir en casa
Hacer kéfir en casa es un proceso sencillo que requiere solo dos ingredientes: leche y gránulos de kéfir. A continuación, te detallamos el paso a paso para que puedas disfrutar de este delicioso probiótico:
- Usá leche entera o parcialmente descremada, ya que las bacterias necesitan los nutrientes para fermentar.
- Colocá los gránulos de kéfir en un frasco de vidrio limpio para comenzar la preparación.
- Volcá 500 ml de leche sobre los gránulos de kéfir para iniciar el proceso.
- Tapá el frasco con una tela fina o paño, asegurando la cobertura con una banda elástica.
- Dejá fermentar la mezcla entre 24 y 48 horas, según la temperatura y tu gusto.
- Colá los gránulos después de fermentar para reutilizarlos en tu próxima tanda.
- Conservá el kéfir preparado en la heladera y disfrutalo fresco o en recetas variadas.