Offboarding y desvinculaciones: la importancia de las buenas despedidas
Las despedidas cuestan más que las bienvenidas, y en este contexto, el offboarding refiere a las acciones realizadas por el empleador en pos de una salida laboral más satisfactoria de los empleados en un proceso de desvinculación.
Así como se habla de onboarding para las estrategias de inducción, recibimiento y aterrizaje de una persona a una organización, el offboarding marca su reverso, estableciendo prácticas asertivas para el cierre de la relación laboral.
Según un informe de 2023 de la consultora Zippia, el 58% de las organizaciones cuentan con procesos formales de onboarding. Pero solo el 29% declaró contar con estrategias de offboarding. Esto muestra que el 71% de las organizaciones consultadas carecen de una estrategia de desvinculación de sus empleados .
El impacto en las organizaciones
Diversos estudios muestran los beneficios asociados al plan de offboarding. En primer lugar, considerando el branding y reputación del empleador, contar con un proceso efectivo de salida laboral promueve una imagen positiva y empática de la compañía, aumentando las probabilidades de que ex empleados brinden un feedback favorable, recomienden la empresa y/o consideren volver.
Un estudio de LinkedIn mostró que el 40% de los empleados que tuvieron una experiencia de egreso positivo estarían dispuestos a regresar a la empresa.
Por otra parte, la retroalimentación brindada por los empleados en las entrevistas de egreso respecto a los motivos de salida y su imagen de la organización, permiten identificar puntos de mejora organizacional.
Asimismo, la mirada receptiva del empleador respecto al feedback del empleado reduce la probabilidad de conflictos interpersonales o legales.
En materia de seguridad de la información, la posibilidad de repasar las cláusulas de confidencialidad entre las partes, brinda un resguardo mayor ante la filtración de datos.
En tanto, garantizar un marco de respeto y buenas prácticas en el proceso de salida, genera una mejor predisposición al empleado en el traspaso de información y responsabilidades a quienes secunden su rol.
Del lado del colaborador, recibir el acompañamiento de su empleador en el proceso de salida mejora la experiencia de desvinculación, la cual, sea por decisión propia o por resolución de la empresa, siempre presentará un impacto emocional.
Asimismo, ante situaciones de despido, muchas compañías proveen programas de outplacement o relocalización que brindan asistencia para la búsqueda de empleo, fortaleciendo los aspectos emocionales, motivacionales y de seguridad personal a fin de facilitar la reinserción laboral.
¿Cómo es el protocolo?
Más allá de las diferencias posibles, en un programa de offboarding pueden diferenciarse las siguientes etapas:
Comunicación: Es fundamental comunicar de manera oportuna y personalizada, identificando los referentes claves y el modo en que se transmitirá a los demás la decisión.
Organización de la salida y traslado de información clave: Informar sobre el proceso de desvinculación y los plazos involucrados, brindando la oportunidad de expresar inquietudes y preguntas. Brindar precisiones respecto al pago final, continuidad o interrupción de beneficios, devolución de pertenencias de la compañía, instancias del proceso.
Planificación y transferencia de conocimientos: Diagramar un plan de delegación, identificando tareas, proyectos y actividades asociadas, designando a quienes darán continuidad y proporcionando instancias de capacitación, intercambio y documentación de información para asegurar un mayor orden, control y seguimiento.
Entrevista de cierre o encuesta de salida: Esta instancia de diálogo y relevamiento de sensaciones y opiniones del colaborador, aporta muchísima información al empleador, permitiendo repasar fortalezas y puntos de mejora de ambos lados.
Seguimiento y apoyo: Proveer soporte emocional, económico y/o técnico al ex empleado propicia una imagen positiva de la empresa. Algunas empresas poseen programas de outsourcing que financian el acompañamiento por parte de profesionales para abordar aspectos emocionales, comportamentales y estratégicos propios de la situación de cambio. Se sugiere mantener el contacto con el trabajador luego de su partida, demostrando preocupación por su futuro y bienestar posterior al egreso.
Muchas veces las despedidas se dan en un marco de seguridad y apuesta a nuevos desafíos; en otras oportunidades, prevalece el miedo y la decepción por un vínculo que no prosperó acorde a las expectativas. Pero si en ambos casos se incluyen prácticas de diálogo, intercambio de miradas y construcción de nuevos escenarios que capitalicen las experiencias pasadas, podría alcanzarse un resultado de ganancia para las dos partes involucradas en el saludo de cierre. Y si eso se logra, el "hasta pronto" está garantizado.