En busca de un casito de corrupcioncita
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Es fácil ponerse en el lugar desesperado de los dirigentes socialistas y entender su frustración e impotencia: no es sólo que los escándalos del pasado pesen demasiado en la memoria colectiva de una sociedad que no olvida aquellos años de aquelarre salvaje de la corrupción, sino que esos mismos escándalos los persiguen todavía como una jauría implacable y continúan produciendo titulares en el presente. A menudo sus esperanzas de rehacerse, desde la minoría actual, se ven atrapadas en las mandíbulas del pasado. Y el 'horizonte penal' parece siempre demasiado lejos, como esas carreteras inagotables de la España vaciada. Se comprende que resulte desalentador competir no ya con una mano a la espalda, sino con los dos pies atados, aunque ellos... Ver Más