Dos cazas F-18 españoles despegan desde Rumanía en respuesta a la amenaza de un dron ruso cerca de la frontera con Ucrania
En un contexto de creciente tensión en el conflicto entre Rusia y Ucrania, el 27 de septiembre de 2024, cazas F-18 del Ejército del Aire español, destacados en Rumanía como parte de la misión de vigilancia aérea de la OTAN, fueron desplegados tras detectarse un dron ruso aproximándose a la frontera rumana. La misión se activó como respuesta a los ataques con drones rusos sobre la infraestructura ucraniana cerca del río Danubio, una zona fronteriza crítica para la seguridad de Rumanía, miembro de la OTAN.
El despliegue de cazas en Rumanía: respuesta rápida y coordinada
La alerta se activó durante la madrugada, cuando los sistemas de radar rumanos detectaron drones rusos dirigiéndose hacia el área fronteriza con Ucrania. En este contexto, dos cazas F-18 del Ejército del Aire español despegados desde la Base Aérea Mihail Kogălniceanu junto con dos F-16 de la Fuerza Aérea rumana procedentes de la Base Aérea Borcea, fueron enviados al aire para monitorear y, de ser necesario, neutralizar cualquier posible violación del espacio aéreo rumano. Aunque el dron no llegó a ingresar de manera significativa en territorio rumano, la respuesta fue crucial para garantizar la seguridad de los países aliados en la región.
El rol de los cazas F-18 españoles en Rumanía
Los F-18 españoles están desplegados en Rumanía como parte de las medidas de seguridad reforzadas de la OTAN, que se intensificaron tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania en 2022. Desde entonces, España ha jugado un papel clave en las operaciones de vigilancia aérea del Flanco Este de la Alianza Atlántica, asegurando que los cielos de países como Rumanía estén protegidos frente a cualquier amenaza aérea. Esta misión, conocida como Enhanced Air Policing, busca disuadir y defender a los estados miembros de la OTAN, y los F-18 españoles han sido una parte integral de estas operaciones.
La misión de la OTAN y la importancia del espacio aéreo
La OTAN ha dejado claro que cualquier incursión en el espacio aéreo de sus miembros será tratada como una amenaza grave. Los ataques rusos con drones contra infraestructura crítica ucraniana, especialmente en áreas cercanas a la frontera rumana, han provocado múltiples despliegues de cazas por parte de la OTAN en los últimos meses. Los drones, además de representar una amenaza directa para las áreas afectadas, pueden vulnerar el espacio aéreo de los países vecinos, lo que podría desencadenar respuestas más severas si estos dispositivos cruzan las fronteras de la alianza.
Este despliegue no fue el primero en que cazas españoles debieron actuar en respuesta a la actividad militar rusa. En septiembre de 2023, una situación similar llevó a la movilización de varios cazas de la OTAN, incluidos los F-18 españoles, cuando fragmentos de drones rusos cayeron en territorio rumano, lo que generó preocupación en Bucarest y otras capitales de la OTAN.
El impacto de la guerra en Ucrania sobre los miembros de la OTAN
El conflicto entre Rusia y Ucrania sigue generando incertidumbre en los países vecinos, especialmente en aquellos que, como Rumanía, comparten frontera directa o se encuentran cerca de las zonas de conflicto. El despliegue de cazas en este incidente subraya la constante vigilancia que la OTAN mantiene en el Flanco Este, mientras Rusia continúa sus ataques contra infraestructuras clave en Ucrania, incluidos puertos y otros activos esenciales para la exportación de grano ucraniano. En particular, los ataques con drones han sido una estrategia utilizada por Moscú para debilitar la economía y la infraestructura de Ucrania, afectando también a las regiones fronterizas de países aliados.
La participación de cazas F-18 españoles en la defensa aérea de Rumanía resalta el compromiso de España con la seguridad colectiva de la OTAN. La presencia de aviones de combate en misiones de este tipo no solo tiene un valor disuasorio, sino que también garantiza que la respuesta a cualquier violación del espacio aéreo aliado sea rápida y efectiva. A medida que el conflicto en Ucrania continúa, las operaciones de vigilancia y defensa aérea en Europa del Este seguirán siendo cruciales para evitar cualquier escalada que pueda involucrar a los estados miembros de la OTAN