Juan Manuel de Prada : «En el auténtico escritor, su estilo es segregación de lo que él es»
0
Si la poesía es música, a veces exuberancia, metáforas e imágenes poderosas, está presente en las novelas de Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1971). Antes de participar en Cosmopoética , el articulista de ABC habla de su relación con el verso, que cultivó de joven. -A un narrador en un festival como éste hay que preguntarle por su relación con la poesía. ¿Su estilo lleno de imágenes es expresión poética? -Sin duda. Seguramente que como casi todas las personas que sienten la vocación literaria empecé escribiendo poesía en mi adolescencia. En mi primera juventud escribí bastante poesía y luego la abandoné, porque consideraba que me pasaba como a Cervantes , que decía que el cielo no le había querido dar esa gracia, y que por lo tanto afanarse y desvelarse no tenía mucho sentido, y me encarrilé hacia la prosa. Pero he seguido siendo lector de poesía , y creo que está presente en mi escritura. La gente dice que si es muy barroca, que si hay muchas imágenes, y eso tiene que ver con la supervivencia de lo que hay en mí de poeta y de las lecturas poéticas que he seguido haciendo. -¿Esas imágenes, que aparecen en su prosa son como la búsqueda del nombre exacto de las cosas que decía Juan Ramón? -Esa debe ser la guía del escritor . Tiene que intentar que su palabra acierta a mencionar, a escudriñar aquel ámbito de la realidad que se ha propuesto explorar. Es indudable que la búsqueda de la palabra precisa, de la palabra necesaria, es fundamental en la labor del escritor. En cualquier caso, la palabra necesaria también tiene que ver con la verdad del escritor. El escritor tiene que contar su verdad y esa verdad solamente se puede contar de una determinada manera. Por eso el escritor de 'best-sellers' , el escritor prostituido, recurre a fórmulas, pero nada tiene que ver eso con la verdadera expresión literaria. -Además de música, forma, belleza, ¿tiene que haber pensamiento? -En toda escritura tiene que haber tanto música como pensamiento. Cuando sólo hay música se pueden lograr páginas de gran talento verbal , pero vacías de sustancia. Cuando solamente hay pensamiento y no hay música, lo que resulta son textos pedregosos. Creo que tiene que haber una aleación: los grandes poetas, y pensemos por ejemplo en San Juan de la Cruz, Quevedo o Lope de Vega , muestran la conjunción de la música de la lengua y el ritmo con el pensamiento. -¿Cuáles son sus poetas, los que más lo han acompañado? -En líneas generales los poetas que a mí verdaderamente me han deslumbrado, me han agitado, me han hecho pensar, me han cambiado la vida, suelen ser poetas de la tradición española, porque creo que la poesía cuando verdaderamente la degustas es en tu propia lengua. Pondría por encima de todos a San Juan de la Cruz , que creo que es el poeta de lo sublime , de lo inefable, y que tiene la capacidad para penetrar en el misterio humano y divino de una manera más portentosa. Quevedo, Lope, Bécquer, Lorca, Miguel Hernández y de alguna forma misteriosa, con la música un poco averiada, también mencionaría a Unamuno, que fue un gran poeta precisamente por esa capacidad para nombrar con la palabra precisa la verdad profunda, humana. También Claudio Rodríguez y muchos más, y entre las últimas generaciones me quedaría especialmente con un gran poeta cordobés, que es Joaquín Pérez Azaústre . Las amistades aquí nacen de afinidades electivas y de gustos comunes y de visiones próximas de lo que tiene que ser la literatura y la poesía. Tuvo el valor de permanecer en la poesía, aunque luego avanzara hacia la prosa. -¿Al escritor esa forma de escribir tan exuberante y personal le sale de forma natural, o hay que detenerse para buscar esa expresión? -Cuando el escritor no es impostado ni es un escritor fantoche yo diría que es algo natural. El estilo es el hombre y el escritor tiene su voz propia. Una vez que la encuentra, es la voz que es natural a él y no la tiene que forzar. En mi caso mi estilo barroco , o esperpéntico o regado de imágenes, sí es un estilo que nace en mí de forma absolutamente natural. Cualquier persona que sepa un poco de literatura lo percibe. Hay gente o un poco lega o un poco zoquete que se piensa que yo me pongo a buscar palabras en el diccionario, o que estoy estrujándome los sesos y no. Normalmente, más allá de que la literatura exija una dedicación, en el escritor auténtico su estilo es una pura segregación de lo que él es y le surge de forma natural. Otra cosa será encontrarlo: en la juventud sobre todo hay unos titubeos una búsqueda de ese estilo personal, pero cuando uno lo encuentra brota de forma natural. -¿Cómo ha sido volver al personaje de 'Las máscaras del héroe'? ¿Al escribir 'Mil ojos esconde la noche' se ha notado muy cambiado respecto a lo que fue hace casi treinta años? -No, muy cambiado no, ha habido una evolución natural . Soy un escritor que se mueve en la misma tradición, en el mismo estilo. Otra cosa es que hayas profundizado en determinados aspectos de la literatura que a lo mejor en un primer momento todavía estaban apenas barruntados, informes, sólo bosquejados, y que los vas aquilatando o los vas consolidando. Una está escrita por un joven veinteañero y la otra por un cincuentón, pero creo que 'Mil ojos esconde la noche' es una continuación natural de aquella novela y en general creo que es congruente con toda mi obra literaria. Hay aspectos en los que sí he cambiado. 'Las máscaras del héroe' es una novela en que muchos personajes aparecen y desaparecen sin mucho contenido dramático. Por utilizar el término cinematográfico hacen cameos. Eso me parece que no está bien, y en 'Mil ojos esconde la noche' cada personaje tiene su historia, más o menos importante, pero tiene su historia. ¿Es un cambio? No, es una evolución natural. El escritor a medida que madura va teniendo mayor conocimiento del alma humana .