Sheinbaum renueva sus ataques a España mientras ignora los feminicidios en su investidura
México tiene su primera presidenta de la historia. Claudia Sheinbaum tomó posesión como presidenta de México en una ceremonia en el Congreso de los Diputados en presencia de 16 mandatarios internacionales entre los que no estaba el Rey de España Felipe VI que tiene como costumbre asistir a todas las investiduras de presidentes en Iberoamérica desde que era Príncipe de Asturias. Como telón de fondo, la crisis diplomática abierta después de que Sheinbaum rehusara invitar al Rey por no haber contestado a la carta que le envió en 2019 su antecesor Andrés Manuel López Obrador invitándole a pedir perdón por los abusos de la Conquista de España.
En una jornada llena de símbolos, Sheinbaum, recibió la banda presidencial por parte de la diputada y economista Ifigenia Martínez, de 94 años de edad, una de las primeras economistas en hacer estudios sobre la desigualdad económica y social en México. «Honorable Congreso de la Unión, pueblo de México, prometo guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidenta de la república que el pueblo me ha conferido», declaró en su juramento.
En su mensaje a la nación, saludó a los líderes internacionales presentes, como Lula Da Silva, Boric o Petro. También al español Josep Borrell, alto representante de la política exterior de la Unión Europea y a la primera dama estadounidense Jill Biden. Hizo un guiño a Gerardo Pisarello, diputado de Sumar, «y a muchos otros [diputados españoles] que están con nosotros». Tras estas palabras, Sheinbaum afirmó que «el origen de la grandeza cultural de México reside en las grandes civilizaciones que vivían en esta tierra siglos antes que invadieran los españoles». La nueva presidenta ha presumido de que desde este martes, la Constitución mexicana contempla «derechos plenos para los pueblos indígenas y afromexicanos» del país. También presumió de ser la primera mujer en lograr acceder a este cargo: «Ha llegado el tiempo de las mujeres». Respecto al presidente saliente, López Obrador, le calificó como «el presidente más querido» y «el político y luchador social más importante de la historia moderna».
Simbólica también su segunda toma de posesión. Sheinbaum repetirá con la tradición que inició su antecesor López Obrador de no ser investida solo en sede parlamentaria sino también recibir el bastón de mando, símbolo de poder político y espiritual, por parte de los líderes de los pueblos indígenas y afroamericanos en la plaza del Zócalo, en el centro de la Ciudad de México. En la ceremonia ancestral, cinco líderes mujeres en representación de los cuatro puntos cardinales y una quinta encarnando el centro del universo, realizarán un ritual de limpia y purificación a Sheinbaum. En el rito, donde se invocarán los cuatro rumbos, se pedirá que «el Gobierno de la Presidenta Constitucional profundice, consolide y engrandezca la Cuarta Transformación del país», según explicó el equipo de Sheinbaum.
Si López Obrador autodenominó su mandato como la Cuarta Transformación, Sheinbaum hizo campaña anunciando que si ganaba las elecciones del 2 de junio continuaría el Segundo Piso de la Cuarta Transformación. Ese será un eslogan que se escuchará mucho a partir de ahora.
Sheinbaum, de 62 años, no es solo la primera presidenta de México sino también la más votada de la historia reciente. En la cita electoral de junio obtuvo casi 36 millones de votos, cerca del 60% de los votos; 32 puntos por encima de la líder opositora. A su aplastante mayoría hay que sumarle que Sheinbaum gobernará con el respaldo del poder legislativo, su su partido Morena y sus socios tienen mayoría absoluta en el Congreso y Senado.
A pesar de ser una fiel discípula de López Obrador, la gran incógnita es si la doctora, como se la conoce en su círculo cercano, se desmarcará del estilo peculiar de su mentor o seguirá su propio camino progresista. La frase más escuchada en todas las tertulias desde que ganó las elecciones es que Sheinbaum no es López Obrador, que son distintos, que ella tiene estilo propio y que hará política de forma diferente. Sin embargo, en estos cuatro meses de transición entre administraciones Sheinbaum ha respaldado sin ambages una de las iniciativas más polémicas de López Obrador, la reforma del Poder Judicial que permitirá que los todos los jueces sean elegidos por voto popular. Esta reforma constitucional, que ya ha sido aprobada, no solo dinamita la carrera judicial sino que cuestiona la independencia del tercer poder ya que al haber una convocatoria abierta a los puestos de la judicatura será más fácil que los partidos políticos y otros grupos de interés promuevan a sus candidatos. Otro aspecto en el que no se ha distanciado de López Obrador es en perpetuar la tensión con España, la oficina de Sheinbaum decidió no invitar al monarca a su toma de posesión.
A estos dos grandes retos, hay que sumarle la creciente desconfianza de los inversores internacionales ante un escenario de falta de seguridad jurídica, la cotización a la baja del peso mexicano y el aumento de la deuda nacional, en el plano económico.
Lo que más preocupa a los mexicanos, sin embargo, en la inseguridad. Sheinbaum hereda un escenario devastador en cuanto a seguridad. Con una media de 30.000 muertes violentas al año, tendrá que decidir si seguir con la estrategia de López Obrador de «abrazos y no balazos» contra el crimen organizado o dar un giro.
El escenario en el que irá desvelando sus iniciativas será el mismo que López Obrador, la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México anunció que continuará con la costumbre de celebrar La Mañanera, la conferencia de prensa diaria a las 7 de la mañana. Su primer viaje como presidenta será a Acapulco, la ciudad que el año pasado fue devastada por el huracán Otis y que este fin de semana volvió a recibir una embestida de la naturaleza con el paso de un nuevo huracán que ha causado al menos 15 muertos y 5.000 desplazados.
Desde temprano, cientos de personas ya esperan la celebración popular prevista por la tarde en el Zócalo, la principal plaza de Ciudad de México, en esta jornada declarada feriado. Marta Rosa Ramírez Masías, una ama de casa que llegó a la investidura a las cinco de la mañana tras un largo viaje en autocar desde León, en el norte del país, dijo a la AFP que se congratula de tener una presidenta que «comprende más a la ciudadanía». «Es tiempo de mujeres y de transformación», ha dicho Sheinbaum en numerosas ocasiones, en un país con un pesado historial de discriminación y violencia de género, donde unas 10 mujeres son asesinadas diariamente.