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Сентябрь
2024

Cuando regular el turismo trae más visitantes: la experiencia de Dubrovnik contra la masificación

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Abc.es 
Cuando se trata de cuidar el patrimonio y de alertar sobre los peligros que lo acechan puede haber muchas ideas, pero las más audaces necesitan decisión y valentía para plasmarse. De ellas se habla en Córdoba en el Congreso de la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial (OCPM), y entre todas las medidas la que más sobresale es la experiencia de Dubrovnik , la gran joya de Croacia. Su alcalde, Mato Frankovic , pasó de la preocupación a las decisiones en el año 2017 y relata su experiencia. «Las personas que tomamos decisiones estamos obligados en algún momento a tomar decisiones difíciles », admitió, y aunque el impacto en la economía en principio parece no ser bueno , al final sí que resulta positivo. Dubrovnik era una ciudad con muchos visitantes y muy concentrados, que en cierto momento había entrado en la lista de sitios poco recomendables por su masificación . Y el alcalde tuvo que tomar medidas. En primer lugar, se redujo el número de cruceros que atacan a la vez en el puerto. «No fue bien acogida por muchos empresarios», confesó. Era necesario, sin embargo, y se continuó. También se quitaron las tiendas de souvenirs del espacio público, para así dar más sitio a los visitantes en calles y plazas. «Así serían también más acogedoras», continuó el alcalde, y también se redujeron los veladores y sillas en un 30 por ciento. Tampoco gustó a los hosteleros. Para controlar el número de visitantes obligaban a los touroperadores a reservar la salida y entrada de autobuses , en función de la disponibilidad de franjas horarias. Cada media hora había siete plazas para siete autobuses, y cuando estaba lleno no era posible hacer más. «Las sanciones son de 10.000 euros», advirtió. Pero al cabo de los años, el resultado ha dado la razón a Mato Frankovik, porque las medidas «dan una gran oportunidad a los visitantes». «Ya no hay turismo de masas, la gente puede disfrutar de su visita y todo esto es medible», afirmó el alcalde. El Ayuntamiento de Dubrovnik puso contadores de personas en cada punto de entrada y salida. En cualquier momento saben cuántas personas están en la ciudad en cada instante. Lo muestra en tiempo real por una aplicación en su teléfono móvil y hay en ese preciso instante un total de 9.138. Eso da una estadística de la capacidad de carga, que dio que el máximo eran 11.738 personas , en cada momento. Era la cifra para ser sostenible, pero el problema no era con el número, sino con el flujo. «Si había seis cruceros en el mismo día, todo estaba devastado», resumió. Y se cambió la política para que los visitantes estén no menos de ocho horas, en lugar de cuatro, como antes. Así que ahora hay más turistas que antes, si se cuentan todos los que pasan al cabo de un año, pero mucho más espaciados, con más tiempo. También se ha desestacionalizado y se distribuyen durante todo el día, la semana y el mes. Los visitantes pueden entrar a todos los monumentos con un solo pase, que da 17 millones en ventas, y el año que viene tendrán que reservar la hora de su visita a cualquiera de los puntos, porque cada uno distintos aforos y capacidades. Al cabo de los años, los empresarios han entendido el beneficio completo de la medida: «En la vida las cosas funcionan mejor cuando estén organizadas». Y aunque resulta imposible convencer a todo el mundo, aseguró el alcalde, «se han visto los beneficios de gestionar así el turismo». En aquel año 2017, el 'Daily Telegraph' dijo que debía evitarse ir a Dubrovnik, y en 2024, el mismo periódico la colocó como la segunda en una lista de ciudades «imprescindible visitar y disfrutar». «No podemos poner vallas e impedir a la gente que venga, porque son Patrimonio de la Humanidad , pero hay circunstancias y regulaciones», insistió.