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Сентябрь
2024

"Vivía de recuerdos, no quería estar en casa y deseaba que sonara el teléfono para hablar con alguien"

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"Toda la vida dedicada al trabajo y al cuidado de la familia, pero enviudas, tus hijos se independizan y llega la jubilación, y de repente sientes que ya no tienes ningún motivo por el que salir de la cama cada mañana".

"Tu vida ya no es como la conocías hasta ahora, no te reconoces, no tienes ánimo ni ilusión por hacer nada, el tiempo pasa lento, muy lento... en definitiva, ya no tienes un proyecto vital, y solo vives de los recuerdos del pasado, que te atormentan. Todo ello te sume en un pozo de desidia, dejadez, pasividad, angustia, desesperación y, sobre todo, soledad, pero no dispones de las herramientas necesarias para salir de esa situación".

Ese es, a grandes rasgos, el testimonio compartido de Carmen, Silvia y Pedro, tres personas, todas ellas mayores de 60 años, que han sentido y sufrido la soledad no deseada y que han recibido el apoyo del programa Siempre Acompañados de la Fundación "la Caixa", cuyo objetivo principal es empoderar a las personas mayores, ayudarlas a gestionar mejor las situaciones de soledad, a que participen en la comunidad e incrementen su red social y, en definitiva, sean sujetos activos de su proceso de envejecimiento para así mejorar su salud y bienestar.

Y es a partir de la experiencia de ellos tres que el programa ha elaborado el "escape room" Soledad con el fin de dar visibilidad y sensibilizar acerca de la soledad no deseada para buscar así la implicación de la población y el entorno comunitario con el fin de promover un trabajo en red dirigido a minimizar su impacto en la gente mayor.

Un espacio para compartir

"Vivía mucho de los recuerdos, no quería estar en casa y me pasaba el día esperando que sonara el teléfono o picaran a la puerta para poder hablar con alguien", confiesa Pedro, un jubilado de 78 años que enviudó hace 14, quien además reconoce que "muchos días cogía el coche sin ningún rumbo concreto para salir así de casa".

Pese a tener tres hijos y cinco nietos, con los que dice estar muy unido, se negaba a compartir sus vivencias con la familia por no preocupar a nadie, de manera que el programa Siempre Acompañados ha sido para él un espacio en el que "confesarse y compartir lo que he vivido".

Además, tal y como él mismo señala, en el marco del mismo participa en dos o tres talleres a la semana, de manera que se siente "ocupado y acompañado". Pero eso no siempre ha sido así. Pedro ha pasado momento muy duros y ahora, que está saliendo del pozo, asegura que "la experiencia del escape room debería ser obligatoria para todo el mundo, para que la gente conozca que es la soledad no deseada", una experiencia que para Carmen refleja fielmente "la realidad que hemos vivido".

La gratificación de una llamada

"Yo siempre he sido una persona muy activa, he trabajado y tirado para adelante con mis dos hijos después de que mi marido falleciera muy joven", pero con su hijo pequeño aún en casa, empezó a sentir la indeseada soledad.

"Lo más difícil es darte cuenta de la situación y pedir ayuda, porque no quieres preocupar a nadie", recuerda. Sin embargo, tras apoyarse en el programa Siempre Acompañados, que en lo que llevamos de año ha atendido a 2.203 personas en toda España (un 20% más que en el mismo periodo del año anterior), ahora asegura "haber salido del pozo"

"Antes, a todo el mundo le decía a todo que sí para que no se enfadaran, pero ya he aprendido a decir no", a pensar en sí misma y a trazar su propio proyecto vital, pese a que admite que cuando sufres la soledad "no sabes lo que llena que alguien te llame, se preocupe por ti".

Un cambio de chip

Tras años sin ilusiones, sin una motivación para ni siquiera salir de casa, gracias al programa Silvia también se ha dado cuenta de lo importante que es "ocuparse de uno mismo" tras una vida dedicada a los demás y al trabajo.

"Mi marido falleció, mis hijos no vivían ya conmigo y la empresa en la que trabajaba hizo un ERO. Por entonces, no me había ni planteado qué hacer estando jubilada y me encontré sin un solo motivo para despertarme cada mañana, ya que no tenía que cuidar de mi marido, ni de mis hijo, ni tampoco tenía que ir a trabajar", comenta para a continuación reconocer que, en aquel entonces, "podía pasarme días sin ducharme, sin salir de casa, sin hablar con nadie, incluso sin comer".

Silvia consiguió "cambiar el chip para afrontar la situación" gracias al apoyo del programa Siempre Acompañados, en el marco del cual participa en varias iniciativas y talleres. "Necesito hacer cosas, sentirme útil y no encerrarme en casa", confiesa, pero muchas veces, uno solo, por sí mismo, no dispone de las herramientas para pedir ayuda y llevar a cabo ese cambio de mentalidad,

Por ello, y porque la soledad no deseada "es una realidad que vive uno dentro de casa", tal y como señala Silvia, son tan importantes las acciones de visibilización y sensibilización acerca de esta realidad, como es el caso del "escape room" Soledad, el cual ya lo han podido visitar centenares de personas y profesionales del tercer sector en el Hospitalet del Llobregat. Además, ahora, esta experiencia también estará al alcance de quien quiera disfrutarla desde casa de manera interactiva.