Estados Unidos recuerda a sus ciudadanos el peligro de sufrir detenciones arbitrarias y secuestros en Venezuela

«No viaje a Venezuela debido al alto riesgo de detenciones injustas, terrorismo, secuestro, aplicación arbitraria de las leyes locales, delincuencia, disturbios civiles y mala infraestructura de salud», reitera el Departamento de Estado de EE.UU. Venezuela se encuentra categorizado, para los estadounidenses, en un nivel de riesgo 4: «do not travel» (no viaje). «El Departamento de Estado ha determinado que existe un alto riesgo de detención indebida de ciudadanos estadounidenses en Venezuela», aseguran en su página web. «Las fuerzas de seguridad han detenido a ciudadanos estadounidenses durante hasta cinco años. Por lo general, el Gobierno de Estados Unidos no recibe notificación de la detención de ciudadanos estadounidenses en Venezuela ni se le permite el acceso a los ciudadanos estadounidenses presos allí». La alerta no es nueva, pero las autoridades de EE.UU. han decidido recordar a sus ciudadanos que en Venezuela son habituales los delitos violentos como homicidios, robos a mano armada, secuestros y robos de vehículos. «La policía y las fuerzas de seguridad han reprimido brutalmente las manifestaciones contra Maduro, que incluyen el uso de gases lacrimógenos, gas pimienta y balas de goma contra los participantes, y que en ocasiones derivan en saqueos y vandalismo», aseguran. Además, también advierten de los grupos terroristas colombianos que operan en las zonas fronterizas de Venezuela, así como de la escasez de gasolina, electricidad, agua, medicinas y suministros médicos. La recomendación es no viajar, pero a quienes están dentro recomiendan «redactar un testamento y designar beneficiarios de seguro apropiados» y «desarrollar un plan de comunicación con su familia y/o con un empleador u organización anfitriona. El plan debe incluir un protocolo de «prueba de vida» con sus seres queridos, de modo que si lo toman como rehén, sus seres queridos sepan qué preguntas específicas (y respuestas) deben hacerle a los secuestradores para asegurarse de que está vivo (y descartar que se trate de una farsa)».