ru24.pro
World News
Сентябрь
2024

'Hysteria', un secuestro sensorial y un médico absorbido por el cuerpo de su paciente

0
Abc.es 
La Real Academia Española presenta, en su diccionario, dos acepciones para la palabra 'Histeria'. La primera la define como una «enfermedad nerviosa, crónica, caracterizada por gran variedad de síntomas, principalmente funcionales, y a veces por ataques convulsivos», y la segunda como «Estado pasajero de excitación nerviosa producido a consecuencia de una situación anómala». Sobre ella reflexiona Carla Nyman (Palma de Mallorca, 1996) en su obra ' Hysteria ', que levanta el telón este miércoles 25 en el Teatro de La Abadía . Dirigida por ella misma, está interpretada por Lluna Issa Casterà y Mariano Estudillo. La escenografía es de Monica Boromello, la iluminación de David Picazo y el espacio sonoro -«el sonido es un personaje más», dice la autora»- es de Sandra Vicente. La producción lleva el sello de Kamikaze y del propio Teatro de La Abadía. Juan Mayorga , director del espacio, se refiere a la obra como «un viaje surrealista, y la autora y directora lo completa asegurando que «'Hysteria' es una alegoría de la condición humana y sus males en el siglo XXI». La obra, sin embargo, tiene sus ecos lejanos en el siglo XIX, y más concretamente en el Hospital de la Pitié-Salpêtrière , un lugar en París que, cuenta la propia Carla Nyman, «era, en el último tercio del siglo XIX, un infierno femenino. Cuatro mil mujeres, incurables o locas y encerradas, fueron exploradas y exhibidas por médicos y psiquiatras en las célebres lecciones de los martes, donde el neurólogo francés Jean-Martin Charcot reforzó la invención de la histeria». «Esas cuatro mil mujeres -sigue- son una inspiración para crear 'Hysteria'. Una función que es una exploración íntima, obscena y escatológica sobre el discurso de la histérica y el deseo femenino, recuperando su lugar en el lenguaje y en el mundo». La obra cuenta la historia de Agustina, una mujer que acude a una consulta médica por un dolor que padece desde hace mucho en su interior. El doctor, en su celo por hacer bien su trabajo y acertar con el diagnóstico, acabará absorbido por el cuerpo de la paciente. La función, dice la autora, «trata de arrojar luz sobre cosas que estaban ahí. Hoy a la histeria la llamamos, quizás, manía o ansiedad, que son su reverso», y la obra incide en estos dos términos. «Es una función sensorial, un secuestro sensorial en el mejor sentido de la palabra -explica Carla Nyman-; hemos querido trabajar desde otros lenguajes -los actores cantan, tocan e incluso bailan-. y en el código de lo surreal». Este código es lo que le da a la función cierto tono de comedia. «Lo extraño causa la risa -dice la autora y directora-, pero no se busca la risa 'per se'».