Ni venga, ni llame: ya no prestamos atención
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Mi padre me ha explicado que cuando te llaman por teléfono para venderte algo lo que hay que hacer es concentrarse para que no se te escape ni un 'sí'. Con esa sola palabra te la lían. La graban y ¡zas!, ya has dado tu autorización. Me lo imagino diciendo 'no' todo el rato por muy larga que sea la conversación. En realidad, su argumento me tranquiliza: confío en que no se la van a dar con queso los estafadores telefónicos. Pero no hace mucho, ring, ring, les pidieron el número de cuenta para optar a una mejor tarifa de su compañía eléctrica. Dio la ¿casualidad? de que el día anterior habían tratado ese tema con una asesora. No les... Ver Más