Irreverente despedida
Al término de su mandato, me pregunto si el mexicano López Obrador y sus seguidores merecen respeto.
Hace unos días, una sobrina me dijo que, aunque no concuerde con el punto de vista de un pariente sobre las virtudes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ella respetaba su punto de vista. Que no le parecía correcto insultarlos y que dada la polarización existente en México, era necesario encontrar vías para reencontrarse como mexicanos.
Reconozco y admiro la vocación democrática de mi sobrina, pero creo que antes de discutir qué tanto habría que respetar a los seguidores de López Obrador habría que analizar que tanto respeto merece el propio presidente.
¿Es respetable un hombre que durante los seis años de su mandato hizo todo lo posible por destruir las frágiles instituciones independientes que los mexicanos crearon en los últimos 30 años?
¿Habría que obedecer a alguien cuyas iniciativas de ley multiplicaron la concentración de poder en el presidente y en los órganos legislativos y generaron un clima de incertidumbre entre los inversionistas?
¿Debo valorar la renuncia del presidente a combatir a los cárteles de la droga mientras estos la aprovechan para ampliar y diversificar sus negocios? El cobro de piso ha aumentado un 48% de 2018 a 2024). También ha crecido la apropiación de los gobiernos estatales y locales y la intervención en los procesos y resultados electorales en más de la mitad del territorio nacional de parte de los cárteles, y hoy el 84% de la población mexicana está a merced del crimen organizado.
México ocupa el lugar número 1 en el Índice Global de Crimen Organizado y nueve de las veinte ciudades del mundo con mayores homicidios por cada 100 mil habitantes son mexicanas.
¿Le parece admirable que al concluir su mandato AMLO deje a 27 millones de personas mayores de 15 años sin saber leer, escribir ni hacer cuentas? ¿qué los estudiantes en México tengan los más bajos puntajes en la prueba PISA y que los alumnos más pobres de Vietnam superen en aprendizaje a los alumnos con mejores resultados de México?
¿Le parece bien que el presidente haya cancelado el Seguro Popular, con lo que quedaron fuera del sistema de salud 31 millones de personas? ¿o que, por su pésima gestión, la pandemia haya producido más de 780 mil muertes?
¿Coincide con López en que fue un acierto cancelar la construcción del aeropuerto desperdiciando 400 mil millones de pesos, y haya sustituido la obra reconstruyendo otro aeropuerto —AIFA— que costó 170 mil millones, y que ha perdido 2 mil 500 millones en los últimos dos años por su escaso uso.
¿Le parece lógico construir una refinería, cuyo costo creció de 9 mil a 20 mil millones de dólares en cuatro años, y todavía no refina un barril? Y qué tal su insistencia de invertir en Pemex y CFE cuando sabemos que Pemex es hoy la empresa petrolera más endeudada del mundo y la Comisión Federal de Electricidad, que ganaba 100 mil millones de pesos en 2018, ahora los pierde?
¿Vale la pena destruir la selva de Paamul en la península de Yucatán, talando 7 millones de árboles y dañando severamente su milenario sistema de aguas subterráneas para construir un trenecito con un costo de 500 mil millones de pesos?
¿Confía usted en un presidente que en promedio dice 103 mentiras en cada mañanera? Es decir, el triple de mentiras que lo que el Washington Post le ha contabilizado a Donald Trump.
Lo evidente en estos seis años de gobierno es que López Obrador considera que todo debe girar en torno a sí mismo y por eso tiende a despreciar a los demás y no los trata con el respeto que merecen.
La pregunta para usted es si después de esta apretada síntesis de su gobierno, ¿cree que quienes eligieron al Mesías tabasqueño merecen respeto?