La integridad física de Lamine
El fútbol en la era digital ha derivado hacia un parte médico continuado. Intentar racionalizar las emociones es tan difícil como inútil. Hay que evitar la violencia en las gradas y también sobre el césped. Me pareció necesaria la disposición de que los jugadores sólo canalicen sus quejas contra los árbitros a través del capitán. Las tarjetas a Mbappé y a Bellingham el sábado deberían servir de advertencia a la queja constante de los jugadores del Madrid que pueden llegar a intimidar al juez máximo del partido. El inglés le espetó un insulto que merecía la roja directa. La violencia verbal es la antesala de la violencia física. El árbitro es un juguete roto cuando se deja llevar por el miedo al qué dirán los santones del universo mediático. Una de las novedades de Hansi Flick que ha introducido en el talante de sus jugadores es jugar sin protestar. El silencio es más potente que el insulto.