La verdadera Moneypenny de James Bond y otras espías olvidadas del servicio secreto británico
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Stewart Menzies, , una mujer cuya vida permaneció en las sombras del servicio secreto británico durante décadas, fue mucho más que una secretaria. A lo largo de una carrera que abarcó 37 años, se convirtió en una figura clave dentro del MI6 , aunque su nombre y sus contribuciones habían sido en gran parte olvidados. Ha sido sólo recientemente, gracias al trabajo de la doctora en Historia Claire Hubbard-Hall , que la verdadera magnitud de su labor ha comenzado a emerger. En su libro 'Her Secret Service: The Forgotten Women of British Intelligence', Hubbard-Hall destaca el papel de Pettigrew y de otras mujeres espías cuyo trabajo fue esencial para la inteligencia británica, aunque la historia las relegó al olvido. Pettigrew comenzó su carrera en la rama especial del MI6 durante la Primera Guerra Mundial, asistiendo en los interrogatorios de espías alemanes, incluida la famosa Mata Hari , una famosa espía conocida por usar su atractivo para obtener información. A lo largo de su carrera, Pettigrew pasó de ser una joven de Bermondsey, Londres, hija de un tendero, a convertirse en la secretaria más influyente del MI6 . Trabajó bajo cinco diferentes jefes del servicio secreto y fue testigo de algunos de los momentos más cruciales en la historia de uno de los servicios de inteligencia más importantes del mundo. Uno de los aspectos más sorprendentes de su carrera fue su relación con Ian Fleming , el creador de James Bond . Pettigrew fue la inspiración detrás del personaje de Miss Moneypenny , la famosa secretaria del MI6 en las novelas de espionaje de Fleming. En un primer borrador de 'Casino Royale', el escritor incluso hablaba sobre ' Miss 'Petty' Pettaval', un claro homenaje a Pettigrew. Sin embargo, la verdadera historia de Kathleen Pettigrew revela que su papel fue mucho más poderoso de lo que Fleming retrató en su personaje. Como ella misma respondió a un pariente cuando le preguntaron si se sentía identificada con Miss Moneypenny: « Yo fui Miss Moneypenny. Pero con más poder ». La investigación de Hubbard-Hall desvela que Pettigrew tuvo una participación crucial en el intercambio de mensajes entre Bletchley Park, una instalación secreta de inteligencia británica durante la Segunda Guerra Mundial, ubicada en Buckinghamshire, Inglaterra, cuya principal función era servir como el centro de descifrado de códigos del Reino Unido, y los agentes de campo del MI6 durante la Segunda Guerra Mundial. Estos mensajes eran los que Alan Turing y su equipo decodificaban usando la máquina Enigma , y Pettigrew jugó un papel esencial en su transferencia. Además, acompañaba al jefe del MI6, Stewart Menzies, a reuniones ultrasecretas con Winston Churchill , y gestionaba las comunicaciones por radio entre los agentes de campo y el equipo de inteligencia en Londres. Una parte fundamental de su trabajo consistía en la transmisión de información entre Hut 3, la unidad de descifrado de Bletchley Park, y los operativos que trabajaban en misiones internacionales. A pesar de su discreción, Pettigrew fue una de las personas mejor informadas en todo Whitehall , el centro del poder gubernamental británico. Según Hubbard-Hall, « todo pasaba por su escritorio », haciendo de Pettigrew una de las figuras más influyentes dentro del servicio secreto, aunque su rol fuera invisible para muchos. Pettigrew no fue la única mujer que desempeñó funciones cruciales en el MI6 y cuyas contribuciones han sido olvidadas. El libro de Hubbard-Hall también rescata las historias de otras mujeres espías, como Agnes Blake y Winifred 'Winnie' Spink , quienes operaron en contextos igualmente peligrosos y vitales para la seguridad de Reino Unido. Por ejemplo, Blake fue la primera mujer en ser contratada como agente del MI6 en 1909, pocos meses después de la creación del Secret Service Bureau. Blake hablaba alemán con fluidez y fue enviada a Alemania en los años previos a la Primera Guerra Mundial para obtener información sobre los oficiales militares alemanes. Su conexión familiar con la nobleza alemana (su cuñado era un aristócrata cercano al Kaiser) le permitió recopilar informes sobre los movimientos militares de alto rango y proporcionar una especie de 'sistema de alerta temprana' en caso de una invasión o guerra inminente. Su misión se desarrollaba en un contexto en el que la prensa británica alimentaba el temor público a los espías alemanes, lo que incluso fue uno de los factores que contribuyeron a la creación del servicio secreto. Por otro lado, Winifred 'Winnie' Spink, una sufragista que hablaba francés, alemán y ruso, fue enviada a Rusia en 1916, justo antes de la Revolución Bolchevique. Spink fue la primera mujer agente en ser enviada a Rusia por el MI6 , y sus notas incluyen detalles sobre figuras influyentes de la época, como Rasputín . De hecho, su diario menciona algunos de los lugares frecuentados por él, y también registra una 'aventura' nocturna en el coche de la Misión Británica en la noche en que fue asesinado. Spink recibía el mismo salario que sus colegas hombres, algo notable para la época: 360 libras al año. Sin embargo, al igual que Blake y Pettigrew, su nombre fue relegado a los márgenes de la historia, hasta que Hubbard-Hall comenzó a investigar su legado.