El Ejército de Tierra adquiere 4.000 todoterrenos Peugeot Landtrek para sustituir a los Aníbal
El Ejército de Tierra ya tiene oficialmente sustituto para sus obsoletos todoterrenos Aníbal. Después de una licitación compleja con varios recursos, el Mando de Apoyo Logístico del Ejército (MALE) ha firmado con Iturri un contrato de 217 millones de euros para el suministro de 4.500 unidades del nuevo Vehículo Militar Todoterreno Táctico (VMTT) durante los próximos cuatro años.
El modelo elegido es el Peugeot Lantrek. La empresa sevillana ganó el concurso en marzo de este año, sin embargo, el proceso quedó suspendido apenas quince días después, ya en abril, al presentar un recurso a la adjudicación la firma TSD, la otra finalista en la licitación, con el Ford Ranger.
Ahora, cinco meses más tarde, el TARC (Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales) ha desestimado el recurso de la compañía manchega. La resolución del tribunal fue publicada la semana pasada y, casi de inmediato, el 19 de septiembre, el MALE e Iturri procedieron a la formalización del contrato, el último paso pendiente.
Iturri y TSD fueron las dos únicas empresas que quedaron en el concurso, como publicó Infodefensa.com. La balanza se decantó al final del lado de Iturri por el apoyo logístico. La firma sevillana presentó una oferta de 600 puntos de apoyo, mientras que la propuesta de TSD solo llegó a los 150 puntos. En todo caso, el resultado final fue muy ajustado: 80,06 puntos para Iturri y 76,5 para TSD.
Resolución del TARC
Entrando en el detalle de la resolución, el tribunal rechaza todos los argumentos expuestos por TSD. Esta compañía planteó básicamente tres cuestiones. Primero, que la oferta presentada no reunía los requisitos mínimos fijados en los pliegos; segundo, que el órgano de contratación incurrió en irregularidades que rompieron el principio de igualdad; y tercero, que la Administración había excedido "la discrecionalidad técnica, situándose en el ámbito de la arbitrariedad".
El TARC dedica la mayor parte de la resolución al primer punto. El recurrente argumentó, entre otras cuestiones, que el vehículo del adjudicatario se inundó en las pruebas de vadeo; no alcanzó los 100 km/h en pendientes; y presentó deficiencias en la defensa delantera.
En cuanto a las pruebas de vadeo, TSD denunció que varios indicadores del vehículo seleccionado dejaron de funcionar entre 1 y 2 horas después de los ensayos. Sin embargo, el tribunal hace referencia al informe del laboratorio de pruebas del INTA. "La prueba realizada por el laboratorio fue calificada como correcta", sentencia.
Respecto a la velocidad, el informe técnico del Ejército de Tierra indicaba que el vehículo de Iturri presentaba "alguna dificultad en mantener los 100 km/h en 6ª marcha en repechos subidos. Pierde lentamente". El tribunal determina que "el hecho de que el vehículo tenga dificultades en mantener la velocidad no implica que no la mantenga. Por otro lado, las observaciones manifiestan esta dificultad en 'repechos subidos', cuya pendiente no identifica".
Sobre la defensa delantera, el TARC también recurre nuevamente al informe técnico y coincide en que "el recurrente pretende hacer pasar por incumplimientos lo que no son más que apreciaciones personales que renuncia a respaldar en la documentación obrante en el expediente".
TSD también alega que Iturri hizo reparaciones durante las pruebas con los vehículos, un punto que el pliego no permitía, lo que vulnera el principio de igualdad. El tribunal, en este caso, apunta que la empresa "presume que no hubo autorización del grupo de trabajo". "El argumento del recurrente carece de lógica. Presume que las reparaciones se realizaron sin autorización cuando los vehículos han estado custodiados en instalaciones militares, y las correspondientes reparaciones han sido consignadas en los resúmenes diarios de recorridos", añade.
El recurrente además advierte de un error en la puntuación del adjudicatario en el concepto 'control de velocidad'. El órgano de contratación reconoce el fallo, si bien, destaca que la puntuación final del ganador debería reducirse sólo un 0,3%, lo que no altera el resultado del procedimiento. Un argumento que da por bueno el tribunal.
Programa VMTT
El contrato con un presupuesto de entrada de 217 millones de euros contempla adquirir hasta 4.500 vehículos militares todoterreno tácticos (VMTT) con una capacidad de carga de al menos 900 kg en los próximos cuatro años con opción a una prórroga de otros dos. El objetivo, o más bien el desafío, es sustituir a los vehículos Aníbal adquiridos a la extinta Santana a principios de este siglo que nunca llegaron a cumplir realmente con las necesidades de las FFAA. Se calcula que todavía quedan en servicio en torno a 2.000 vehículos de este modelo destinados principalmente al transporte en el interior de los acuartelamientos y para trayectos por carretera.
El contrato también busca de paso retirar varios modelos de vehículos Nissan muy veteranos que todavía siguen operativos. El valor estimado asciende hasta los 315 millones de euros al incluir la posible prórroga mencionada.
El Ministerio de Defensa apunta que los nuevos vehículos serán utilizados en cometidos tácticos alejados “de actividades inherentes al combate” para “la vida y funcionamiento en territorio nacional, así como para la preparación de los contingentes a proyectar a misiones en el extranjero”.
Los nuevos VMTT llegarán al Ejército de Tierra, y también al Ejército del Aire y del Espacio, la Armada y la Guardia Civil. El objetivo es adquirir, según los pliegos del contrato, “una plataforma base, una gama de vehículos, que permitan obtener sinergias, consiguiendo así facilitar la logística y reducir los costes logísticos del material. Es por ello que es imprescindible que la comunalidad entre las diferentes versiones y variantes sea máxima, admitiendo solamente aquellas variaciones que, debido a su distinto diseño, capacidades, dimensiones, etc., no puedan ser resueltas mediante elementos comunes”.