'Rally' solidario con silla en el maletero

Ángel de Propios tiene «un gran problema»: no sabe decir que no. Los que se acercaron al presidente de Aspaym Castilla y León en un evento lo tenían en cuenta y por eso le propusieron que fuera la primera persona con discapacidad que se uniera al reto 'A Marruecos por los niños' (Amporni), una misión humanitaria de once días que atravesará 4.500 kilómetros del país vecino a base de todoterreno. «La verdad es que ni me lo pensé», se sonríe el líder regional de la organización, ya a punto de comenzar la odisea, que compartirá con otras 45 personas distribuidas en un total de 17 vehículos. El objetivo –como en cada uno de estos viajes, que comenzaron hace una década– será repartir material escolar, ropa o calzado. «Muchas veces la gente piensa que porque tengamos una discapacidad no podemos hacer muchas cosas, así que en parte se trata de romper esa barrera y que la gente vea que quizás necesitas ciertas adaptaciones o apoyos, pero que esa discapacidad no te impide hacer un reto como este», apunta De Propios. En el maletero de su 'jeep' adaptado contará con una silla de ruedas extra y con una 'handbike' , que podría definirse como un cruce entre bici y moto que se maneja con los brazos y que podría serle útil si el terreno se pone pedregoso. Por lo demás, los preparativos son los de una expedición a la que «el que va, repite» y en la que la mayor parte encadena al menos cuatro viajes, una veteranía «tranquilizadora» para el presidente de Aspaym . «Ya hemos hecho el reparto de material, estamos rotulando los coches, compramos comida…» Él ha participado en otras iniciativas, como la que comparte su organización con 'Amigos de Gambia' , pero nunca en una que le exija tantas horas al volante y un cambio de lugar constante. Por eso, la precaución es buena consejera, pero no puede con la determinación de Ángel, y eso que fue un siniestro con el coche lo que le sentó en silla de ruedas a los 21 años. «Al principio te quedas en 'shock', no sabes qué hacer. Yo vi que podía seguir gracias a mi familia, la gente que me rodea en la actualidad y Aspaym . Me gustaría animar a esa gente que acaba de sufrir un accidente y quedarse en silla de ruedas a hacer cosas», recalca. «Que no se queden en casa, porque una silla de ruedas te cambia la vida, pero puedes seguir adelante y afrontar retos», refiere. Aunque el desafío es que él conduzca «el máximo número de kilómetros posibles», le acompañará como copiloto la trabajadora social de la delegación, Consuelo Muñoz, y está previsto un coche de apoyo en el que viajarán su primo y su mujer, Alberto Sáez y Sonsoles Sánchez, ya conocedores de esta iniciativa. Y es que Amporni ha crecido año tras año en Ávila, promovida por Emilio Burguillo, un amante de los rallies que viajó a Marruecos a raíz de uno de ellos y decidió crear el proyecto después de ver las necesidades de algunos de sus enclaves en el sur. En esta ocasión, la ruta prevista baja en diez etapas entre el 23 de septiembre y el 2 de octubre , desde Ávila hacia Algeciras, y luego Tánger, Marrakech, una vuelta por varios puntos del Sáhara –como Merzouga o Ifrán– y de nuevo al ferry tangerino. Ángel de Propios admite cierta preocupación por lo que pueda encontrar en el viaje, pero también encara la aventura «con mucha ilusión y ganas». «Estoy muy agradecido de que hayan contado conmigo. Creo que este es un proyecto muy bonito que merece que aporte todo lo que pueda de mí», comenta. Y eso incluye afrontar la incredulidad de muchos. «Es difícil cambiar la mirada de todo el mundo», reconoce el presidente de Aspaym . «Cuando me hablan de las barreras arquitectónicas, siempre digo que esas tienen fácil solución en comparación con las mentales cuando te ven como el 'pobrecito' que no puede hacer nada por estar en una silla de ruedas», asegura. «Ha habido gente que me ha dicho 'pero cómo vas a hacer tú eso con tu situación' . Y mi situación es que estoy en silla. Otro puede tener otra 'situación' y lo hace igual», señala con naturalidad. «Cuesta que vean que eres uno más. Hay que vivir con ello y seguir trabajando para que la gente lo normalice».