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Сентябрь
2024

«La información sobre nuevos brotes viaja rápido»

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Abc.es 
Organizar un viaje, ya sea con fines profesionales, sociales, de ocio o con carácter humanitario, siempre conlleva una serie de tareas. Como mínimo, adquirir los billetes, buscar alojamiento, preparar las maletas y, si es necesario, expedir un visado. Pero los más expertos en la materia, o aquellos que visitan con asiduidad el extranjero, sabrán que ninguna de estas cuestiones es más importante que cuidar la salud. Y más allá de ponerse las vacunas obligatorias , hay múltiples variables a tener en cuenta que dependen no solo del lugar destino, sino del propio individuo. De todo ello se encargan los Centros de Vacunación Internacional, que deben estar autorizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que cumplen con una función vital en una sociedad que tiene más claro que nunca la importancia de prevenir la expansión de enfermedades. Tal y como explica en conversación con ABC José Miguel Fernández Naveiro, responsable del Centro de Vacunación Internacional del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública de Santiago de Compostela , en la sanidad española esta labor se lleva a cabo en una serie de centros definidos dentro de una comisión internacional. En Galicia, es en dos centros de Sanidad Exterior, uno en La Coruña y otro en Vigo, y, «por una encomienda de gestión del Ministerio de Sanidad», también están acreditados los servicios de medicina preventiva de los hospitales públicos del Sistema Galego de Saúde (Sergas)«, como el de Santiago. La única responsabilidad del viajero en el proceso, más allá de hacer caso a lo que se le diga, es pedir cita en uno de estos centros –a ser posible, según recomienda el Sergas, dos meses antes de la fecha de partida–. Una vez allí, explica el Fernández Naveiro, se hace un análisis exhaustivo de las características del paciente y del tipo de viaje que va a llevar a cabo. «Se trata de individualizar lo máximo posible las recomendaciones» para hacer una «gestión de los riesgos» lo más adaptada posible, indica de forma resumida. Como claramente indica su nombre, el servicio se encarga de la expedición de certificados internacionales de vacunación, que, a grandes rasgos, funciona como un «pasaporte sanitario». Este documento «permite traspasar fronteras» donde ciertas vacunas son «obligatorias o muy recomendables» para entrar, ya sea por el destino en sí o por el país de procedencia del paciente. Hoy en día, «la información sobre brotes o la aparición de nuevas emergencias sanitarias fluye muy rápidamente», explica, fundamental para que este sistema funcione sin errores. Para ir a Tailandia, por ejemplo, es obligatorio que las personas procedentes de áreas afectadas por la fiebre amarilla se vacunen de esta enfermedad; igual que ocurre en otros países con otras como el cólera o la viruela. Los Países Bajos recomienda a los niños inocularse del tétanos, la meningitis, el polio y la hepatitis. También hay países que no requieren ninguna; y en otros, solo en ciertos casos. Es lo que ocurre en Arabia Saudí, donde «históricamente hubo casos de brotes de meningitis entre peregrinos tanto en La Meca como en Medina «, explica Fernández Naveiro, por lo que el país exige a todas las personas que deseen realizar el Umrah o el Hajj tener la vacuna contra la meningitis meningocócica tetravalente, contra la polio y contra la gripe. Más allá de las vacunas, este servicio se encarga de hacer una evaluación integral del paciente, del viaje y del destino. Cuestiones como la edad y el estado de salud, pero también del propio itinerario. La duración, si va a ser a un destino rural o urbano, si viaja como mochilero o con una agencia de viajes, si se trata de un voluntariado de cooperación internacional o turístico... La lista de variables a tener en cuenta es larga. «No es lo mismo hacer turismo de lujo, en un hotel con todo incluido, que recorrer un país en bicicleta durante un tiempo indeterminado «, indica, porque »los riesgos de exposición, tanto al entorno como a posibles agentes patógenos, son diferentes«. Es tras «estudiar» todos estos aspectos cuando se programa una «estrategia preventiva adecuada», bien mediante consejos sanitarios, recomendaciones acerca del consumo de agua o alimentos, medidas de protección ante picaduras, cómo prevenir golpes de calor y del frío o cómo las características del lugar pueden influir en una patología previa. Esto implica prepararse para cualquier eventualidad que pueda surgir y, según Fernández, un buen botiquín debería llevar «material básico de curas, como termas, apósitos o tiritas desinfectantes; antitérmicos o analgésicos y los fármacos que se consumen habitualmente», además de «algún probiótico, crema solar y, dependiendo del sitio, un antimalárico o un repelente de insectos». Además, también hay que prevenir todos esos riesgos asociados a viajar, una actividad de la que, por inocua que parezca, han surgido síndromes clínicos nuevos. Es el caso del síndrome de la clase turista –cuando una persona con problemas circulatorios previos sufre una trombosis en los miembros inferiores tras un viaje largo en posiciones incómodas, como en los aviones–, o la diarrea del viajero, que afecta a «algo más de la mitad» de las personas en viajes internacionales y suele ser «uno de los principales problemas». Pero la mayor recomendación de todas, según la experiencia de Fernández, no es otra que «contar con un buen seguro de viaje». « Entre un diez y un doce por ciento de los viajeros van a necesitar una consulta médica « en algún momento del trayecto, asegura. Información vital en una sociedad que ya ha recuperado el ritmo frenético que la caracteriza, como si hace dos años el covid no hubiese paralizado el mundo. «Hoy en día se viaja prácticamente a todas partes» , y el «número de viajeros –y de consultas– incrementa anualmente», asegura Fernández Naveiro. «El máximo de los últimos tiempos se alcanzó en el 2019», con casi 4.000 citas tan solo en su servicio –de los trece centros autorizados que hay en Galicia, según refleja la página web del Sergas–. Tras dos años con apenas movimiento, «en el 2022 comenzó la vuelta a la normalidad, y en este 2024», indica, ya pueden decir que están «en cifras similares a antes de la pandemia».