La Ciudad que nunca se detiene

La Habana es una ciudad que late con la vida de su gente. Un niño que toma un descanso en el Paseo del Prado, mirando el movimiento de la calle, observando mi cámara.

Foto: Roberto Suárez

Cerca de allí, un taxista da los últimos detalles a su carro, haciendo lo necesario para seguir rodando por la ciudad.

Foto: Roberto Suárez

Desde una ventana, una señora observa el día, mientras en el Malecón, una vendedora camina ofreciendo sus productos a quienes disfrutan de un descanso junto al mar.

Foto: Roberto Suárez

Al mismo tiempo, un vendedor de flores recorre las calles en su triciclo, llevando un toque de color a la ciudad con cada ramo.

Así es el día a día en La Habana: gente trabajando, observando y viviendo, siempre en movimiento.

Foto: Roberto Suárez