La caída en la popularidad de Milei afecta su plan de ajuste económico: la realidad no lo acompaña
El presidente de Argentina, el ultraderechista Javier Milei, ha intentado constantemente cultivar una narrativa de épica libertaria para reavivar el entusiasmo entre sus seguidores. Sin embargo, con el paso del tiempo, su retórica y estrategias parecen haber perdido parte del encanto original.
Los trucos, parafernalias semánticas y discursos que alguna vez capturaron la atención de la población ahora se asemejan a meros ecos desgastados de su antigua magia. Cada vez más, Milei repite los errores de aquellos a quienes ha criticado, lo que lleva a un desgaste significativo de su imagen. Uno de los ejemplos más notorios de estos errores es su relación oscilante con el PRO, que a menudo se parece al impredecible “juego de la oca”, donde los pasos hacia adelante se equilibran con retrocesos.
La integración al sistema y el surgimiento de inconsistencias
Es común que los movimientos disruptivos eventualmente se integren al sistema que inicialmente desafían. Milei, a lo largo de su gestión, ha comenzado a operar dentro del marco de aquellas estructuras políticas que una vez criticó vehementemente. A medida que transcurren los meses desde su asunción, las contradicciones entre sus acciones actuales y sus promesas pasadas se hacen más evidentes.
La estabilidad económica parece una ilusión distante, y problemas sociales como la pobreza y el desempleo continúan preocupando profundamente a la sociedad. Estas dinámicas han provocado un descenso notable en la imagen de Milei, mientras los partidos opositores tampoco capitalizan en este desgaste.
El dilema de mantener una narrativa fresca
La gestión del gobierno enfrenta el desafío de encontrar nuevas estrategias que reactiven el interés público. El “mago” parece haber agotado sus trucos, recurriendo frecuentemente a críticas hacia “la casta” política.
Sin embargo, este discurso, que en algún momento fue efectivo, ahora empieza a perder impacto entre una ciudadanía que demanda resultados concretos en sus vidas diarias. Los problemas económicos persistentes y las promesas incumplidas han erosionado la confianza en el liderazgo de Milei.
Las recientes apariciones en plataformas internacionales, como su discurso crítico en la ONU, reflejan la intención de establecer una presencia global desafiante. Sin embargo, internamente, los efectos positivos son limitados. La tentativa de relanzar La Libertad Avanza como un partido fuerte de cara a las elecciones legislativas de 2025 se fundamenta en tácticas utilizadas en la campaña de 2021. A pesar de la intención de revivir la “épica libertaria”, el contexto actual es diferente, ya que muchos de sus antiguos aliados han desaparecido o se han distanciado.
Endogamia y el deporte nacional de “dibujar presupuestos”
La repetición de errores que Milei criticaba en sus predecesores se ha vuelto una constante en su gobierno. A esto se añade su tendencia a encerrarse en círculos cerrados, donde las ideas y los discursos son autocelebrados sin una crítica externa genuina. Este fenómeno de endogamia no solo aisla al liderazgo, sino que también debilita la capacidad de respuesta a las críticas y desafíos.
Paralelamente, la continuación de políticas presupuestarias optimistas y poco realistas recuerda al viejo deporte de “dibujar presupuestos” que plaga la política nacional. Propuestas que inicialmente prometen resultados grandiosos se vuelven inalcanzables con el tiempo, lo que mina aún más la credibilidad del gobierno.
La capacidad de gestionar de manera efectiva el país depende, en gran medida, de la habilidad para tejer alianzas y construir consenso. Con una Ley de Presupuesto vacilante y metas económicas cuestionadas, el gobierno de Milei debe recurrir a complejas negociaciones con gobernadores y otros actores políticos clave para garantizar su viabilidad. Los compromisos requeridos a menudo chocan con el discurso libertario original, lo que genera tensiones internas mientras busca equilibrar las demandas de las diversas provincias con los objetivos nacionales de ajuste fiscal.
Avances y retrocesos en la relación con el PRO
La dinámica entre el partido de Milei y el PRO refleja las complejidades de la política de coalición. En muchos sentidos, la relación es como el “juego de la oca”, donde los movimientos hacia adelante a menudo se ven seguidos de peripecias. Una reciente ausencia destacada de varios diputados del PRO durante un evento importante del gobierno subraya las tensiones persistentes y las diferencias estratégicas dentro de esta relación. Estas tensiones también tienen repercusiones en eventos más amplios, como el manejo del conflicto en el sector aeronáutico, que ofrece un ejemplo concreto de las complicaciones que surgen de las posiciones divergentes dentro del bloque.
Polarización creciente dentro del escenario político
La polarización del panorama político se intensifica a medida que Milei enfrenta un declive en el respaldo social. Las encuestas indican que su popularidad ha disminuido significativamente desde que asumió el cargo, con segmentos cruciales de la población, en particular entre los jóvenes, alejándose de su apoyo inicial. Factores como el ajuste económico y las reformas impopulares han erosionado la confianza y el apoyo, mientras que su núcleo duro se ha consolidado principalmente en las franjas sociales con mayores recursos. Esta situación de polarización plantea preguntas críticas sobre la capacidad de Milei para consolidar un apoyo amplio y diverso en el futuro.
Ajustes económicos y sus repercusiones sociales en el desencanto generalizado
El ajuste fiscal impuesto por el gobierno ha tenido consecuencias en múltiples frentes. Los esfuerzos por controlar el déficit fiscal y fomentar la estabilidad no han resonado bien con todos los electores. Medidas como el ajuste en las jubilaciones y el financiamiento a las universidades han sido puntos de controversia que han reducido el respaldo público. La percepción de que las medidas de austeridad afectan desproporcionadamente a los más vulnerables ha generado descontento y un sentimiento de desencanto entre aquellos que alguna vez creyeron en la promesa de un cambio radical.
A medida que el tiempo avanza, aumenta la demanda social por resultados tangibles que mejoren la calidad de vida cotidiana. La promesa de reformar la economía y reducir la inflación no ha producido el impacto esperado. Las tarifas elevadas y un costo de vida en ascenso han intensificado las dificultades para muchas familias, creando un ambiente de malestar y escepticismo hacia las políticas actuales. Los esfuerzos comunicacionales del gobierno, que a menudo se centran en repetir eslóganes de campaña, parecen perder resonancia frente a demandas más apremiantes de la población.
Un futuro político incierto
Con cada mes que pasa, el futuro de Milei y su gobierno enfrenta más incertidumbres. La capacidad para sortear el malestar económico, mantener coaliciones políticas viables y satisfacer las expectativas de una base de apoyo cambiante definirá su capacidad para sobrevivir políticamente.
En última instancia, la adaptación a estos desafíos podría ser la clave para superar la actual caída de aprobación y revitalizar su mandato. Sin embargo, el camino a seguir requerirá tanto innovación en políticas como una estrategia de comunicación abierta y honesta que aborde las preocupaciones reales de la ciudadanía.