Lo de Jesús: una historia de adaptación y éxito que no se detiene
Lo de Jesús se consolidó durante décadas como un referente gastronómico en Buenos Aires, conocido por su variada oferta de carnes y vinos de calidad. No obstante, la pandemia de 2020 planteó un desafío sin precedentes para el sector, con restaurantes cerrados y medidas de aislamiento que obligaron a repensar el modelo de negocio. En medio de esta incertidumbre, el restaurante encontró una oportunidad: integrar el delivery como una vía alternativa para mantener la actividad.
La crisis económica y sanitaria empujó a muchos comercios a adaptarse, y Lo de Jesús no fue la excepción. En la primera semana del cierre, el equipo del restaurante empezó a trabajar en la implementación del servicio de delivery, una modalidad que nunca habían explorado hasta ese momento. "Era la única opción que teníamos para seguir elaborando. Nos metimos de lleno, pero nunca habíamos hecho delivery, y eso requería una inversión en un momento de total incertidumbre", recordó Juan Pablo Caorsi, socio gerente del restaurante.
Caorsi explicó que la transición no fue sencilla y que el principal desafío fue mantener la calidad que caracteriza al restaurante: "No se trataba solo de poner la comida en un envase de plástico y mandarla. Tuvimos que hacer muchas pruebas porque algunos cortes de carne no llegaban en buenas condiciones tras el viaje, y había que encontrar el empaque adecuado. Hicimos pruebas constantes, enviando pedidos a vecinos y conocidos para recibir su devolución y ajustar los detalles". Esta etapa de prueba y error fue muy importante para garantizar que el producto final cumpliera con las expectativas de los clientes.
Además de los ajustes logísticos, Lo de Jesús tomó una decisión que fue clave para su éxito: bajar los precios del delivery sin comprometer la calidad ni la cantidad. "Enviamos el mismo producto, con los mismos gramajes, pero a un precio un 40% menor que en el restaurante", comentó Caorsi. Este enfoque permitió mantener la fidelidad de los clientes durante la cuarentena, apostando a generar volumen en lugar de obtener grandes márgenes de ganancia. La apuesta fue exitosa y, para junio de 2020, realizaban 200 pedidos diarios.
El crecimiento fue tal que, cuando se levantaron parcialmente las restricciones y el restaurante pudo volver a operar, decidieron mantener el servicio como una unidad de negocio independiente. "Al principio era un lío manejar el delivery y el restaurante en el mismo lugar. Así que decidimos trasladarlo a un local propio en la esquina de Armenia y Cabrera. Sorprendentemente, el delivery no solo siguió funcionando bien, sino que creció aún más", señaló Caorsi.
El éxito del delivery llevó a la apertura de más sucursales. En pocos meses, Lo de Jesús inauguró locales en Belgrano, Caballito y Barrio Norte. "Hoy ya tenemos cuatro sucursales, y creamos nuestra propia aplicación para que los clientes puedan hacer sus pedidos directamente con nosotros", comentó el gerente.
Gracias a esta expansión, el servicio de delivery logró realizar 40.000 pedidos mensuales, cifras que hoy siguen aumentando.
Aunque el restaurante experimentó una baja en la cantidad de cubiertos en los últimos meses, el delivery ayudó a compensar la disminución en las ventas. "Actualmente, estamos haciendo la mitad de los cubiertos que hacíamos el año pasado, pero el delivery nos está ayudando a sostener esta baja", comentó Caorsi. El volumen de pedidos fue tal que, en julio llegaron a 36.000 entregas, y para agosto esperan alcanzar los 40.000 pedidos mensuales.
Lo que inicialmente parecía ser el mayor desafío en la historia del restaurante se transformó en una oportunidad única. "Con el diario del lunes, te puedo decir que esto se transformó en una unidad de negocio increíble. Ahora, estamos planeando incorporar nuevas marcas y productos. El delivery, que empezó como una solución de emergencia, se convirtió en un pilar clave para nuestro crecimiento futuro", concluyó Caorsi.