Las fricciones sobre su composición retrasan el anuncio del nuevo Gobierno francés
El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió este viernes a los partidos políticos que dejen trabajar al primer ministro, Michel Barnier, y que le ayuden a formar Gobierno, en medio de fricciones sobre las listas de posibles ministros que circulan.
"Hay que dejar trabajar a Michel Barnier", señaló en una breve declaración a la prensa durante una visita a la ciudad de Chartres, al sur de París.
Macron insistió en que es "importante que todos los grupos políticos comprometidos y con sentido de la responsabilidad le ayuden en esta tarea".
Y también en que el primer ministro tiene "libertad plena" para constituir su Ejecutivo, cuando se le preguntó por la presencia entre los nombres que circulan el de la senadora conservadora Laurence Garnier, que ha generado polémica por sus posiciones contra el matrimonio constitucional o la constitucionalización del aborto.
"Todo el mundo tiene que ayudarle a que tenga éxito porque es el interés colectivo", señaló. Puntualizó que "a día de hoy, no se ha puesto un Gobierno encima de la mesa".
El jefe del Estado, que es el que formalmente nombra a los ministros, recibió a Barnier el jueves por la tarde para que le presentara su propuesta para la composición del Ejecutivo.
La prensa ha filtrado que esa propuesta ha generado malestar entre los partidos centristas porque hay varias figuras conocidas por formar parte de una derecha dura, en particular Bruno Retailleau, al que se atribuye la cartera de Interior, y Garnier, con la de Familia.
Francia ha estado con un Gobierno en funciones desde las elecciones legislativas que Macron convocó de forma anticipada el 30 de junio y el 7 de julio, y que han dejado una Asamblea Nacional con una fragmentación inédita, sin mayorías claras.
El primer bloque de la cámara de diputados es la izquierda, que en su coalición del Nuevo Frente Popular reúne 193 escaños de un total de 577. Es decir, muy lejos de los 289 necesarios para una mayoría absoluta.
Barnier es miembro del partido de la derecha convencional Los Republicanos (LR), que se quedó con 47 diputados, y el principal soporte para su Ejecutivo debería ser el campo macronista, con 166 escaños.
La extrema derecha de Marine Le Pen, que con sus aliados quedaron en primera posición por el número de votos, con un 37% del total, acabaron relegados en la cámara de diputados con 142 escaños debido a la estrategia del llamado 'cordón sanitario' aplicado por otras formaciones en la segunda vuelta.