Cara y cruz
Después del gran partido con el Girona en el que el Barça salió enchufado con una intensa presión alta, en Mónaco vimos la otra cara de la moneda. Un error garrafal de Ter Stegen, seguido de una mala elección de Eric Garcia, condenaron al equipo en la Champions. No es el primer balón que regala Marc en este inicio de temporada. La diferencia es que la Champions penaliza. En la alta competición los errores se pagan muy caros. Jugar con uno menos es un hándicap insalvable dada la exigencia física de la competición.