Mala política, peor gestión
He tenido que acudir cuatro veces a Correos interesando la situación de un simple envío --¡“certificado”!)— dirigido a un colega parisino. Al principio de la búsqueda sólo recibí los larrianos “vuelva Ud. Mañana” que cuando ya bramé amagando con una reclamación legal se transformaron en inútiles consultas al destinatario y a los servicios franceses, para finalmente devolverme mi envío. La agencia privada a la que recurrí entonces me cobró medio riñón por repetir el intento y conseguirlo en tres días. Confieso que mi devoción por lo público nunca estuvo más debilita ...