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Сентябрь
2024

Merz afronta su primer examen electoral este domingo en Brandeburgo

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El líder de la Unión Cristianademócrata (CDU), Friedrich Merz, será el candidato conservador a canciller en las próximas elecciones generales de Alemania. "Vamos a estos comicios con la firme intención de recuperar la responsabilidad de liderazgo de nuestro país", aseguró. Para Merz, esto inicia una nueva etapa en su vida política. Ha esperado y trabajado para esto durante mucho tiempo así que, a partir de ahora, le queda un año por delante en el que, sin dejar de ser el líder de la oposición en el Bundestag, tendrá que demostrar que es capaz de gobernar a la Unión conservadora -es decir, a la CDU y a su socia histórica, la socialcristiana CSU de Baviera–, y que él es la persona adecuada para dirigirla. Será un difícil equilibrio entre el compromiso y la búsqueda del poder.

Su candidatura cuenta con un amplio apoyo dentro de la CDU. Así lo dejó claro Hendrik Wüst, presidente de Renania del Norte-Westfalia, en un comunicado de prensa. Algo que está dentro de la estrategia de Merz: aglutinar las diferentes facciones de la familia conservadora para, entre otras cosas, lastrar el peso y el liderazgo del líder de la CSU y presidente de Baviera, Markus Söder, quien también luchó para alcanzar la candidatura a canciller. Ahora, con la decisión tomada, parece que la calma reina de nuevo en el seno de la Unión. No obstante, la elección no parece haber causado por el momento un gran entusiasmo, ni entre la población ni dentro del partido.

Las debilidades de Merz no solo son conocidas entre los dirigentes del partido: para algunos votantes, parece no estar a la altura de los tiempos. El hombre de 68 años no obtiene buenos resultados en las encuestas, especialmente entre las mujeres y los votantes jóvenes. Además, nunca ha ocupado un cargo gubernamental o, en el pasado, no siempre pareció seguro al afrontar las críticas, incluidas las que le llegaban desde su propia formación. Después de perder el poder en las elecciones de 2021 –las primeras sin Angela Merkel como candidata-, Merz reconstruyó la CDU como presidente y reorganizó su contenido con un programa que, a partir de ahora, marcará la directriz de la próxima campaña electoral. Un programa que deja atrás la era Merkel y retorna a lo conservador. Desde esa posición, Merz se creció en su papel de líder de la oposición y se benefició de temas tan actuales como candentes como las discusiones en torno a la migración, con las que trató de ganar puntos en base a sus sonados desacuerdos con el gobierno. Ahora, deberá jugar ese doble rol: líder de la oposición y candidato a canciller. No será su única tarea. También tendrá que tantear diferentes combinaciones ya que, aunque mejorase la estimación de voto, la Unión necesitará al menos un socio de coalición.

Las encuestas lo sitúan actualmente en torno al 30%. Wüst y Daniel Günther, los presidentes de Renania del Norte-Westfalia y Schleswig-Holstein, son dos ejemplos que demuestran que una coalición con el partido de Los Verdes podría funcionar. "Hemos demostrado que podemos trabajar con los ecologistas ya que, a diferencia del gobierno de coalición, trabajamos juntos en proyectos", aseguró Günther. No obstante, esta no es una opción para el líder de la CSU. Desde la perspectiva bávara, ni los Verdes, ni la ultra Alternativa para Alemania, ni la BSW (Alianza Sahra Wagenknecht) son una opción. Söder lo ha dejado claro más de una vez. La cohesión de la que tanto se habla tendrá que medirse en función de esta cuestión, lo que podría convertirse en una prueba de estrés para la relación entre los partidos hermanos.

Mientras tanto, la CDU y el resto de fuerzas se enfrentan este fin de semana a una nueva prueba con las elecciones regionales de Brandeburgo, en las que la populista AFD se perfila como favorita. Sin embargo, la CDU espera continuar su tendencia ascendente en estos comicios y dar el golpe de gracia a los partidos que forman el gobierno de coalición. En Potsdam es el socio menor del Partido Socialdemócrata (SPD) en una coalición tripartita y, a estas alturas, las encuestas dejan igual al SPD y a la CDU. AfD sigue liderando las estimaciones y, en muchos lugares, la batalla se libra a tres bandas -entre el SPD, el AfD y la CDU-, y de ahí que la atención de los cristianodemócratas se centre casi exclusivamente en el SPD, que gobierna Brandeburgo desde 1990. Lo que está claro es que la formación de un futuro gobierno se avista compleja debido a la casi segura entrada de la BSW en el Parlamento estatal de Brandeburgo y la posible salida de Los Verdes, el Partido de Izquierda (Die Linke) o la formación de los Electores Libres.