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Сентябрь
2024

Las empresas españolas sitúan la incertidumbre con la política económica y la falta de mano de obra como sus principales lastres

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Abc.es 
En el tercer trimestre del año, la facturación de las empresas españolas volvió a cifras negativas después del aumento registrado en el trimestre anterior, y la incertidumbre sobre la política económica del Gobierno, los problemas de disponibilidad de mano de obra y el aumento de los costes energéticos se postulan como las principales causas de esta contracción. Los datos son del Banco de España , que ha dado a conocer los resultados de su Encuesta de Actividad Empresarial (EBAE), un informe trimestral que radiografía la evolución y perspectivas del tejido empresarial de nuestro país. Concretamente, el porcentaje de compañías encuestadas cuyas ventas han descendido en este período es del 29,4%, nueve puntos porcentuales más que durante los tres meses anteriores. No obstante, este retroceso es inferior a los que se registraron en los terceros trimestres de los dos años precedentes, y las tendencias para el final de año son positivas y « apuntan a una recuperación de la facturación empresarial«, dice el supervisor bancario en su informe. Aun así, las empresas que han percibido aumentos en su facturación descienden hasta el 25,4%, casi siete puntos menos que entre abril y junio. En este campo, destacan por lo negativo los datos de la agricultura y el comercio, que encadenan diez y once trimestres consecutivos de retrocesos respectivamente y, según el Banco de España, «continúan exhibiendo un comportamiento desfavorable». También hay retrocesos en el empleo, siendo el 15,5% los encuestados que declaran haber contratado personal nuevo, un 3% menos que en el trimestre anterior. Otra vez, el sector agrícola vuelve a ofrecer datos negativos, 27 meses consecutivos de descensos. Como explica el Banco de España en su informe, por sectores, el patrón observado en los datos de empleo coincide con el de los datos de facturación. Ambos mejoran en hostelería, transporte, ocio y actividades administrativas, en contraste con los malos resultados de la agricultura o los servicios inmobiliarios. Como viene sucediendo desde octubre de 2020 -cuando la Pandemia arreciaba-, el coste de la energía y la incertidumbre para con la política económica se mantienen como dos de los principales factores que lastran la actividad económica del tejido empresarial español, aunque hay un matiz, y es que por noveno mes consecutivo se observa una ligera reducción en la incidencia de esta variable como factor negativo. Eso sí, sigue siendo la preocupación principal para la mayoría de los encuestados, un 47%. A su vez, las ramas de actividad a las que más preocupa 'lo político' son la agricultura, la industria y el comercio, donde ese factor incide en un 62%, 57% y 55% de los casos respectivamente. En lo que respecta a la preocupación por el coste de los 'inputs' energéticos, continúa afectando negativamente al 42% de las compañías encuestadas, dos puntos más que hace tres meses, aunque a largo plazo se observa un descenso de ese problema, empezando en el arranque de 2023. Como se ha avanzado más arriba, el tercer factor que más preocupa a las empresas es la escasez de mano de obra, percepción que no deja de empeorar año a año. El 42,8% de los encuestados comparte ese problema (un 2% más que hace tres meses), siendo hostelería (64%) y construcción (56%) los más afectados. Según el análisis del Banco de España, estas diferencias pueden contribuir a explicar la evolución de los costes laborales desde el punto de vista sectorial, ya que las ramas en las que se observa una mayor incidencia de la falta de mano de obra tienden a coincidir con las que anticipan mayores incrementos de sus costes laborales a un año vista. Muy a la zaga está la demanda, que es una variable limitativa de la actividad para el 18,3% de las compañías, un 4,5% más que en el trimestre anterior. En este campo, un resultado alarmante es el que ofrece la industria, donde la falta de demanda afecta negativamente al 24% de los encuestados. Luego está la incidencia de los factores financieros, que sigue mostrando una tendencia decreciente y ya solo un 13,5% de las empresas manifiestan preocupación por esto, un 4,5% menos que hace tres meses. En el informe se destaca que este indicador está 3,5 puntos más alto que antes del inicio del ciclo de subidas de tipos de interés iniciado por el Banco Central Europeo en julio de 2022. La bajada de la preocupación por los aspectos financieros del negocio de las empresas españolas, por tanto, coincide con el cambio de política del supervisor europeo, que en junio inició el recorte en los precios del dinero. Por sectores, la encuesta revela que donde más preocupan las condiciones financieras es en la agricultura, la construcción y el transporte, mientras que las compañías pertenecientes a las ramas de la información y la comunicación declaran tener más facilidades. Como nota positiva, a partir de julio de 2024 se ha observado un descenso de las presiones inflacionistas, de una forma incluso más acentuada de lo que el Banco de España esperaba a inicios de año. La proporción de empresas que dicen haber experimentado un incremento de los precios de sus consumos intermedios se sitúa en el 35,8%, casi doce puntos menos que hace tres meses, aunque de cara al cuarto trimestre se anticipa una ligera subida de las presiones de costes. Correlativamente, un 17,7% de las empresas declaran haber incrementado sus precios entre julio y lo que llevamos de septiembre, 7,4 puntos menos que en el segundo trimestre. A su vez, las perspectivas para el final de año apuntan a una práctica estabilidad de la incidencia de las subidas de los precios. Cuando se pregunta a las empresas por sus perspectivas sobre la inflación a un año vista, hay mejoría, aunque muy ligera. El 59,8% de las sociedades siguen esperando subidas de costes en doce meses, apenas un punto menos que en el trimestre anterior. No obstante, esta moderación de las expectativas de subidas de costes se concentra en las ramas del sector servicios, que venían mostrando mayores presiones inflacionistas que las empresas de la industria en los últimos dos años. En lo que respecta a las expectativas de aumentos de precios de venta también hay moderación, y también es ligera. En concreto, el porcentaje de compañías que esperan encarecer sus productos a un año vista se reduce hasta el 46,5%, 2,2 puntos menos que hace tres meses, con cifras similares tanto en la industria como en los servicios.