Sánchez también cambia de opinión sobre el coche chino

El presidente del Gobierno, de visita en China, echó ayer a la basura los estudios de la Comisión Europea que aconsejaron el pasado mes de junio la imposición de a ranceles provisionales a los coches eléctricos chinos . Pedro Sánchez se sentó y condujo uno de ellos y tuvo palabras elogiosas para el producto, al que calificó como «de matrícula de honor». Tras la decisión de la UE, que España respaldó, el Gobierno chino anunció que investigará los productos de porcino español. Pekín es muy sofisticado con sus represalias comerciales y sabe adónde golpear para obtener el máximo efecto político con el mínimo desgaste. En este caso, con apenas un viaje y unas entrevistas, han conseguido que Sánchez se convierta en el nuevo avalista de la industria del automóvil eléctrico chino en la UE. No sólo se trata de un cambio de opinión de Sánchez, sino de una muestra de inconsistencia con la política exterior europea a la que a veces desafía (caso de Gaza) y a veces acata (caso de Venezuela), según su conveniencia.