Noruega teme la llegada de un Cikusa que les puede dejar helados para el arranque de la EHF Champions League
Es el nombre del momento y quien diga lo contrario miente. Solo Ortega sabe si el día que metió en pista a un delgado muchacho de Bordils, todavía menor de edad, como recurso desesperado de un partido de Champions en Montpellier que se estaba complicando; era consciente de todo lo que se podía desencadenar. El gironí mostró que en un deporte dónde los porcentajes de acierto y las probabilidades cada vez robotizan más el juego, todavía hay lugar para quien decide optar por la finta y el uno contra uno, aunque no sea la decisión correcta.